martes, octubre 19

La India Pendencia parte VIII. Contacto en Catedral.

Pendencia abrió el sobre y sacó unos guantes con un post-it pegado que decía “úseme”… se puso los guantes y sacó unas hojas de papel que no tenían nada escrito más que “tocar solo con guantes y calentar sin quemar”… se puso como energúmeno ‘me carga el payaso… esto ya es pasarse de tueste… ¿qué chingados tengo que calentar sin quemar?… ¿y para qué coño agarro el papel con guantes si no tiene nada de nada?’… sin entender le dio vueltas y vueltas a las hojas, pero no encontró nada que pudiera leer además de la instrucción… ‘con lo que me chocan los acertijos, chingao… por eso no me gusta “CSI Miami”… calentar sin quemar… pos… si acerco el papel a algo caliente nomás, porque si lo pego a la flama segurito le doy en la madre’… tomó la lámpara de aceite que estaba en su habitación y pegó el papel al vidrio… y por poco le da algo cuando la solución extensa de cloruro de cobalto hizo reacción y empezaron a aparecer letras primero y palabras completas después, en color azul.
el cloruro de cobalto se torna azul –e incluso verde- cuando se calienta porque pierde humedad… si se le aplica vapor de agua aumentando el porcentaje humedad, el color visible es un tono de rosa -n. del a.
 ‘¡Ah cabrón!... ora sí me sorprendió la Josefa… esto está chingón…’ le tomó cerca de 20 minutos calentar las hojas y ordenarlas, no sin hacer algún que otro entripado porque lo escrito con cloruro de cobalto se vuelve invisible de nuevo una vez que el papel se enfría, y algunas hojas hubo que calentarlas más de una vez… ahí estaba todo lo que tenía que saber para usar las cosas de la caja: unos botones (los que tenían una marca amarilla) eran comprimidos de pólvora negra revuelta con azufre, excelentes para incendiar cosas o generar mucho humo apestoso… se encendían con las cerillas y cuando empezaban a hacer humo se dejaban ahí nomás… otros (con una marca azul) eran unos comprimidos de belladona –planta muy usada entonces por los médicos por sus cualidades curativas, y también usada por algún que otro pacheco para poner a volar al personal… estos botones funcionaban remojándolos un momento en las bebidas, y ponían a todo el mundo bien “groovy”… y otros eran botones normales (‘uno nunca sabe cuándo necesita reparar la ropa’ escribió La Corregidora)… ‘me lleva… esta piensa en todo’…
Las hojas decían también que la aguja de tejer era una ganzúa, cómo darle servicio al sistema de navegación de la paloma mensajera, cómo usar la brújula –que le pareció fantástica a pendencia- cómo usar la cuerda del piano ‘¿cómo cabrones se le ocurre a La Corregidora que voy a ahorcar a alguien?’ se preguntaba Pendencia… los viales eran de una cosa llamada “escopolamina”, que –según Doña Josefa- hacía que la gente cantara la puritita neta aunque no quisiera… ‘pos que se la den al Sr. Obispo de Valladolid, a ver si es cierto que le gusta ver viejas en calzones’ pensó Pendencia divertida… todo estaba ahí…
Y luego llegó el momento de ponerse el traje de lycra… Pendencia lo miró y se dijo ‘no entro ahí ni madres’… pero luego lo intentó y descubrió no sólo que entraba, sino que hasta le quedaba bien… lo malo fue cuando se vió en el espejo ‘carajo… esto está muy cómodo… pero parece que estoy encuerada y que me lo pintaron encima… además -doble carajo- tengo un poco de lonja… eso me pasa por no practicar jiu-jitsu más seguido y por no ir a tratamiento al convento-fonda-jardín-hortaliza-spa-boutique de las Sisters… pero La Corregidora me va a pagar hartas sesiones, como que me llamo Pendencia… y estos zapatos están raros… son como babuchas de beduino, pero gordas… y aprietan pues’
En el entendido de que no deberían verla, Pendencia decidió aprovechar que no había nadie fuera de palacio –más que los soldados de la guardia- y buscar una salida por la parte de atrás… el problema era que tenía que cruzar por algunos pasillos con luz, y con el trajecito se le hacía que ahora sí le “iban a pasar revista”… tomó la cuerda, se la colgó a la espalda y salió de su habitación, que estaba del lado de la actual calle de Moneda, para ir a una escalera que subía al techo, y que era normalmente utilizada por los técnicos de telecomunicaciones que arreglaban la parabólica… no había nadie en el pasillo y había poca luz… en las habitaciones podían escucharse algunos ruidos, y en algún momento alguien abrió una puerta frente a Pendencia, que se detuvo y se pegó a la pared medio metida detrás de una cortina verde… de la puerta salió un sargento bastante beodo cantando “Fue en un cabaret, donde te encontré, bailando”... vino hacia donde estaba Pendencia, pero ni se enteró de que estaba ahí porque casi no podía tenerse en pie, y pasó de largo… ‘pinches soldados… andan hasta las manitas y luego ‘ai van diciendo que tienen harta chamba… me cain remal’… pensó un momento en ir a ponerle unos patines, pero lo dejó para después ‘igual de regreso voy lo dejo como fajita de res, y que se vaya a la chingada la diplomacia del prococolo… el prototoco… esa madre…’
Pendencia subió la escalera y cuando quiso abrir la puerta del final la empujó, pero chocó con ella… ‘chingao’ pensó… ‘ora tengo que abrir esta madre’… sacó una cerilla, la encendió  y vió un letrerito que decía “Evite lesiones… para abrir, jale la puerta”… ‘ah Pendencia tan maje’… de todos modos la puerta no abrió… había un candado y una cadena, pero Pendencia recordó las instrucciones, sacó la aguja de tejer, y después de 4 intentos el candado abrió sin problemas… ‘ora hay que esconder el candado … no vaya a ser que venga uno de estos hijos de la Maldición de La Llorona y me deje afueras… y en chinga porque semiacetarde'...
Salió al techo de Palacio –que en aquel entonces no tenía cámaras- y caminó hacia el lado de los jardines por arriba, buscando cómo bajar a la calle… como no encontró nada, se fue hasta la esquina de Moneda y Correo Mayor, pasó la cuerda alrededor de una chimenea tal como le había escrito La Corregidora que hiciera y –persignándose y encomendándose a San Charbel- empezó a bajar por la pared. En algún momento escuchó que venía un carruaje por Moneda y se hizo chiquita contra el alféizar de una ventana pensando ‘ora sí… que me vean los del carruaje aquí colgada, a ver si no salen con que soy la querida del que sea que viva en esta ventana y se arma el desmadre…’ miró hacia la calle y vió un carruaje negro pequeñito con una marca de serpiente enredada en un báculo, jalado por un solo caballo ‘ahí va el doctor seguramente a bajarle la tranca al de Hacienda, que a estas horas segurito que trai una botella de Bailey’s de sombrero… me cai remal’ el carruaje pasó y siguió hasta la Plaza Mayor.
Cuando ya no vio ni escuchó al carruaje, Pendencia terminó de bajar a la calle y jaló la cuerda… que le cayó en la cabeza… por tratar de quitársela se le enredó en las piernas y los brazos hasta que casi no pudo moverse… ‘con una chingada’ pensó ‘ora parezco tamal mal amarrado… chingao, chingao y chingao… y esta madre aprieta, me carga el pintor’  total, como pudo se salió del nudo, medio desenredó la cuerda y la enrolló, se la puso de nuevo en un hombro y miró hacia Moneda, luego hacia Correo Mayor, y empezó a caminar sobre esta última hacia donde empieza la actual calle de Carmen para dar la vuelta en la siguiente esquina… a esas horas ya no había gente en la calle y la Ciudad Capital no tenía farolas –todavía- pero casi todas las puertas habían lámparas colgadas y Pendencia tuvo que caminar rápido y por el centro de la calle… no le gustaban los zapatos… no hacía ningún ruido, pero con la suela tan delgada sentía muy bien el piso de piedras ‘carajo’ pensaba ‘con estas pinches chanclas, si piso una caca voy a saber qué perro la dejó ahí’…
Dio la vuelta a la izquierda en lo que hoy es la calle de  República de Guatemala –que tenía menos luz todavía- y se detuvo en la entrada de la plaza del lado sur de Catedral, justo donde habían unas pirámides que estaban reconstruyendo para dejarlas ahí, con la idea de que las encontrara alguien después y las hiciera museo…
Había que cruzar cerca de 200 metros en descubierto para llegar al muro de Catedral… Pendencia miró hacia las torres de la iglesia y apenas pudo distinguir las campanas… no tenía caso ir por la puerta principal, así que había que intentar por el jardín que daba al edificio de la capilla y la sacristía, más cercanos al Palacio Virreinal… el problema de ir hasta allá eran los soldados que estaban de imaginaria en la puerta principal del Palacio… y había una serie de antorchas colgadas de la pared de la Capilla de la Catedral y en la pared del fondo, que proyectaban luz sobre el lado sur y buena parte de la plaza que hay allí … si no se movía con cuidado podían verla… ‘chingao… va a tener que ser de aquí hasta la fuentecita a paso de caballo encabronado, y luego pos ahí veo… a ver San Goloteo… asísteme… a la una, a las dos y a las…’
En eso andaba cuando escuchó pasos acercarse hacia la esquina en donde estaba… eran dos soldados que venían haciendo un escándalo entre botas, espadas y lanzas, que venían platicando muy a gusto… uno de ellos traía un arcabuz... Pendencia se metió en un portal ‘a ver si hay sombrita chingao’ y aguantó la respiración y todo. Los soldados llegaron hasta la esquina y miraron hacia donde ella estaba, pero no pareció que la hubieran visto.
Ella podía ver sus siluetas contra las luces de Catedral… uno de ellos encendió una pipa y el otro sacó una pachita para meterse dos cañonazos de mezcal… estuvieron ahí unos momentos y justo cuando se dieron vuelta para regresar al Palacio, a Pendencia se le cayó la aguja de tejer, que pegó contra la puerta donde estaba… los soldados voltearon a ver qué era el ruido mientras pendencia pensaba ‘San Jasmeo… te prometo no ver “Lost”, pero no los dejes que se acerquen, porque me voy a ver obligada a ejercer el uso de la violencia violenta’… caminaron hacia donde estaba y uno de ellos dijo con acento Madrileño ‘joer Borbón… ¿qué era el ruido?’… el otro –el de la pachita con mezcal- le contestó ‘no lo sé, Zapatero, pero a mí no me parece ‘pa preocuparse, joer… igual era un perro que nos ha visto y ha huido al contemplar semejante armamento, coño’… los dos soltaron la carcajada y se dieron media vuelta para regresar a Palacio.
‘¿Un perro?’ pensó Pendencia ‘perros tienen en el asterisco… ah, pero cómo me cain de remal…’ esperó hasta que ya no escuchó los pasos y volvió a la esquina… el reloj de Catedral sonó una vez ‘las pinches nueve y pinche media… me lleva el tranvía… y todavía me falta ver cómo entro… pero ‘ai les voy… una… dos… ¡ora!’ y arrancó a correr pegada al lado de las pirámides sin hacer ni un solo ruido… pisó una piedra y por poco suelta un improperio, pero se aguantó… 150 metros…100 metros… 50 metros… miró hacia atrás para asegurarse de que nadie la había visto.. y se tiró de cabeza rodando sobre un hombro para quedar tendida detrás de la fuente, protegida de la luz de las antorchas… ‘pos ora sí ya ví que de algo sirve ver “24”, chingao... una maroma perfecta a lo Jack Bauer... a huevo’…
Sacó la cabeza por un lado de la fuente para mirar hacia Palacio y no vió ningún movimiento raro… Pudo ver a Borbón y Zapatero caminando todavía hacia la puerta de Palacio tan campechanos… se arrastró hacia el otro lado y miró a la parte posterior de la Capilla y el curato buscando una entrada… había varias puertas, pero todas estaban cerradas… igual que las ventanas… ‘pos ora sí va a tener que ser a lo Mexican courious… a correr hasta la “pader” deste lado y luego pegadita hasta la “pader” de la Capilla y ya ahí le veo… a ver… otra, dos… ¡ora!’ se levantó y empezó a correr hacia la pared del costado este de Catedral –que era la entrada a la sacristía y al curato- para llegar debajo de las antorchas. Llegó hasta ahí, se dio la vuelta para mirar hacia Palacio y, viendo que Borbón y Zapatero se habían detenido en la puerta y platicaban con los demás soldados, corrió hacia la pared posterior de la Capilla… y no paró hasta llegar a la esquina… mientras corría volvió a mirar hacia la Capilla y no encontró nada abierto… estaba empezando a desesperarse… ‘¿cómo chingados voy a entrar?’
En eso estaba cuando se fijó que había un andamio ahí pegado a la pared, a la altura de la nave central… era una escalera temporal puesta para facilitarle la chamba a los que llevaban las pinturas y otros materiales al Maestro Rafael Ximeno y Planes, pintor Valenciano que estaba trabajando en la “Asunción de La Virgen”, milagro al que está dedicada la Catedral… al parecer el andamio daba a una entrada de algún tipo más arriba… Pendencia subió por el andamio y llegó a una entrada cerrada con unas tablas cruzadas con un letrero que decía “Se le romperá su madre al que se meta… Atte. La Administración”… ‘me lleva’ decía en voz baja ‘nomás me faltaba… ¿por qué cierran esto?... como si alguien fuera a tener ganas de entrar aquí de noche… chingao’… miró mejor y vió que las tablas sólo tenían clavos… empujó una de ellas poco a poco hasta que fue sacándola de su lugar y finalmente la tabla cayó sobre una plataforma del andamio al otro lado de la pared, haciendo un ruido como de cañonazo… Pendencia pensó ‘ora sí ya la jorobé completita… me caigo remal’… esperó un poco esperando que apareciera alguien, pero después de algunos minutos sin ruidos decidió entrar… caminó sobre la pasarela de madera mirando hacia abajo… no se veía a nadie dentro de Catedral… la bóveda inmensa sobre ella hacía eco de cada uno de los ruidos del andamio, y la única luz venía de una serie de antorchas colgadas en las columnas de la nave central….
Pendencia intentaba llegar al “nivel piso” de alguna forma… hasta que se hartó de estarle buscando… nuevamente arregló la cuerda alrededor de una de las columnas del andamio y bajó con mucho cuidado para no hacer más ruido… sólo se escuchaban los rechinidos del andamio de madera… cuando llegó abajo sintió que la tomaban de las trenzas, la inclinaban hacia atrás y le ponían algo puntiagudo en el cuello… una voz de hombre le dijo… ‘hija… o me dices qué haces aquí, o te mueres’… ella no supo qué contestar… nada más acertó a decir “Yei”… el hombre la soltó y ella se volvió para mirarlo…era un cura bastante más alto que ella, que tenía en una mano un cuchillo bastante largo… Pendencia intentó pegarle un par de patadas que el cura esquivó sin dificultad, la volvió a pepenar del gaznate, le torció un brazo, la atrajo hacia él y sin dejar de “apuntarle” con el cuchillo le dijo… ‘te lo voy a preguntar otra vez… ¿qué haces aquí, hija?... y dímelo despacio o te dejo como brocheta de pollo’… Pendencia pensó que toda la cosa había valido grillo y le dijo ‘tengo que verme en esas bancas de allá con la Señorita Yei, que me va a dar recado’… se quedó helada cuando miró hacia las bancas del lado de la entrada principal y vió una figura sentada e inmóvil que levantó una mano con un pulgar bien visible… el cura sonrió, la soltó y le dijo ‘ah bueno… está bien… llegas a tiempo… ven conmigo, y perdón por la rudeza, pero uno nunca sabe… por cierto, tu patada es muy lenta… tienes que practicar’…
Sin estar muy segura de qué esperar –y algo encabronada porque no había podido ni intentar ponerle un buen mamporro al tipo- Pendencia siguió al cura hasta las bancas, y ahí estaba la castaña, totalmente vestida de negro… el traje era igualito al suyo, pero decía “bebé” en el pecho con letras rosas y –por supuesto- traía el diamante de gota rosa colgando del cuello, y el pelo peinado hacia atrás en cola de caballo… estaba tan sonriente como siempre. Si se puede, sus ojos verdes se veían más verdes… Pendencia pensó ‘¿cómo hace esta que ni se despeina?... yo no sé del proctotolo… el prolotoco… esa madre, pero de verdad me cai remal, aunque eso no sea correcto’…
Yei la saludó muy contenta ‘¡Hooooola!... qué bueno que llega Sor… siéntese y tome aire… se ve cansada’… miró al cura y le dijo ‘tráele a la Sor agua porfa, pero con cuidado… no te vayan a ver ¿zaz?’… ‘Simón’ contestó el cura ‘orita vengo’ y las dejó solas…
Pendencia no sabía si enojarse y agarrar a la castaña a patines o más bien reírse de nervios… estaba asustada y la había visto cerca… se volvió hacia la castaña y le dijo ‘chingao… si ya sabía por dónde iba a venir, me hubiera abierto la puerta mejor’… Yei le contestó con tono juguetón ‘no-ooo… ¿qué no ve que si le abro la puerta no hay diversión?... además nadie tiene que saber que estamos aquí’… ‘¿ah no?’ preguntó Pendencia ‘¿entonces el cura este?... mañana va a saber todo el curato… el Virrey es también el Arzobispo… ¿qué su decente mercé es ciega?... si es cura tiene voto de obediencia, y si el Virrey le pide que le cante la neta, pos se la tiene que cantar le guste o no’ la castaña le regaló una de sus sonrisas encantadoras y le preguntó ‘¿cuál cura?’…
Pendencia la miró realmente sorprendida ‘pos este hijo de la real goma que por poco me mata y que luego resulta que es su carnal del alma’… Yei se la quedó mirando, le tomó una mano y le dijo ‘Sor… no se ponga nerviosa… ese no es un cura… es mi guardaespaldas… Pendencia no entendió… ‘sí’ le dijo Yei… ‘le explico… el me cuida… es como el revólver de la canción… “lo cargo encima ‘pa que me libre de todo mal”.
El guardaespaldas venía llegando ya sin la sotana… traía un traje parecido al de ellas, pero con algunas bolsas adicionales y un chaleco bastante abultado… Yei le dijo ‘Chente, te presento a Sor Pendencia De La Concepción Rico Ruiz’… él le tendió una mano y le dijo en buen tono ‘mucho gusto Sor… yo soy Nario… Vicente Nario’. Le sirvió agua a Pendencia de un camelbak® en un jarrito de metal. Miró a Yei, le dio una caja pequeña y larga y se fue hacia la puerta principal.
Pendencia se tomó el agua y Yei la esperó mientras terminaba. Luego le dijo ‘Sor… sé que no entiende qué onda, pero vea… le explico… aquí en esta caja le traigo un aparatito que nos va a ayudar a Vd. y a mí… es un estetoscopio “3M Littman® Master Cardiology”… ¿sabe qué es eso?’… ‘¿un estratos… qué?’ preguntó Pendencia… ‘¿y como pa qué sirve?’… Yei se rió… ‘noooo… “es-te-tos-co-pio… y sirve para escuchar los latidos del corazón’… ‘¿no le digo?... no me quiera ver la cara de turista, guapa, porque la gente que hace eso me cai remal’…
Yei se rió con una risita divertida y le dijo ‘Sor, créame que me cae Vd. muy bien… yo no quiero verle la cara de turista… lo que quiero es ayudarlas a usted y a La Corregidora’… ‘oséase que Vd. la conoce, ¿verdá?’… '¡claro!... somos amigas y vamos de shopping juntas a veces’… ‘¿de “chopin”?... ya mejor no me diga qué es eso, y explíqueme mejor cómo se usa el es-trep-to-cos-co-pio este’… Yei le dijo ‘escuche'... le puso las olivas del estetoscopio a Pendencia en los oídos, y se puso el diafragma ella misma en el pecho ‘¿oye?... es mi corazón’… Pendencia se quedó muda… ‘no la chingue… ¿es su corazón neta le cai?’… ‘ajá’ contestó Yei mientras ponía el diafragma en el pecho de Pendencia… ‘y este es el suyo’… Pendencia abrió más la boca… por alguna razón la Yei le estaba empezando a caer un poquito menos “remal”…
‘Está bueno su aparato… pero ¿qué coños quiere que haga con él?’… ‘le explico’ dijo Yei ‘en la sala donde se reúne el Consejo de Seguridad del Virreinato hay una pared que no es de cemento, sino de madera pintada, osea que es delgadita… lo que tiene que hacer Vd. es colocarse cerca y poner esto contra la pared… así puede escuchar lo que digan del otro lado, escribirlo en huevos para que no se vea, llevarse los huevos a Palacio, y transcribirlos “en corto” -es decir, hacer un resumen- y mandar el resumen a Dolores en chinga con la paloma mensajera… fácil ¿no?’…
otra técnica para escribir mensajes “invisibles” en la que no hace falta usar papel sino un huevo duro es la siguiente: se mezcla alumbre con vinagre hasta obtener la consistencia de la tinta y se escribe el mensaje en la cáscara del huevo. Cuando la tinta se seca no se ve nada, pero algunas horas más tarde el mensaje (que debe escribirse con letras grandes) aparecerá en la clara cocida del huevo, con lo que hay que quitarle la càscara para leer el mensaje -n. del a.
Pendencia le dijo ‘pos hasta ahí no hay tos… lo difícil va a ser que me inviten a la junta esa’… ‘no se apure Sor’, le dijo la Yei otra vez con una sonrisa demoledora… ‘de eso me encargo yo… me estoy convenciendo al oficial de protocolo echándole miradas lindas para que crea que ya la hizo, y lo que va a pasar es que él le va a pedir que lleve algo espectacular para los que vayan, y como la idea es que pueda quedarse un rato, Vd. va a hacer crêpes suzette, que se hacen ahí mismo para cada persona… ya hasta le compré un carrito para eso en Liverpool ¿ve?... se lo llevan mañana al Palacio’… Vd. se queda, hace crêpes suzette cada vez que se las pidan (las crêpes, pues) y luego se esconde detrás de la pared de madera con el estetoscopio y… ¡voilâ! La Corregidora tiene su información’.
‘¿Qué haga cretsusé o qué?’… Pendencia no había escuchado nunca de tal cosa… ‘crêpes suzette, querida Sor… son crepas con dulce de caramelo flameadas, que se sirven con helado de vainilla… taaaan buenas’… a Yei casi se le caía la baba de acordarse… entendiendo que era casi un reto, Pendencia le dijo ‘está bueno… deme la receta, mándeme el carrito y yo ensayo y las hago… ora ya me voy porque todavía tengo que ver cómo me regreso al Palacio sin que me vean los soldados’…
Yei le dio el estetoscopio y llamó al guardaespaldas ‘Chente, me escoltas a la Sor hasta su habitación y nos vemos en la casa ¿zaz?'...él contestó 'Simón… ahí te veo pues’... luego miró a Pendencia 'cuídese Sor... vai'... Chente miró a Pendencia y le dijo ‘Sor… ¿nos vamos?... Pendencia le contestó ‘a ver… aperciba su eficiente mercé… si me va a escoltar no hay problema, pero donde se quiera meter a mi habitación me cai que lo dejo como si lo hubiera agarrado una pantera en celo, y ni crea que se va a salvar, porque ora sí sé de dónde va a salir…’
CONTINUARÁ

miércoles, octubre 13

La India Pendencia parte VII. Preparando la operación.

En Dolores las cosas estaban caminando despacio, pero caminando. Los del “A Team” (Abasolo, Allende, Aldama, Arias y Araujo) estaban ocupados consiguiendo más material… espadas y lanzas sobre todo, aunque habían conseguido contactar con un contrabandista de armas que comerciaba con fusiles y parque (“parque” se le dice también a la munición útil, es decir, a las balas) y se los estaba dando a buen precio…
La lana para el material salía de varios lugares: en parte del exitoso “Mikey’s Brunch”, en parte de las arcas de Querétaro bajo el control del Corregidor, que se las arreglaba para hacer “extracciones menores de fondos” que justificaba como “dieta”… igualito que los diputados actuales, con la diferencia de que Don José Miguel Domínguez estaba jugándose el pellejo en apoyo al movimiento independentista, y los diputados usan la dieta para financiar los viajes y los hoteles de Las Vegas a donde van a jugarse el pellejo pasándosela chido con sus secretarias.
Estaban también las limosnas y los diezmos que la “high zoociety” dejaba en la Catedral de Valladolid en un intento de comprar el cielo y la gloria eterna, cantidades estas de las que Su Eminencia el Sr. Obispo hábilmente disponía como parte del programa “Adopte una Parroquia”, que consistía –según él- en que las Arquidiócesis más grandes “adoptaban” parroquias chiquitas para financiar obras de remodelación, mantenimiento, e internet de alta velocidad para mejorar la diseminación de La Palabra... ésas cosas.
La piña del Obispo era que gracias a las generosas contribuciones de sus feligreses, La Gran, Generosa y Magnífica Arquidiócesis de Valladolid había podido “adoptar” varias Parroquias pequeñas en el norte del país … por supuesto casi todas –como la Sagrada Iglesia de San Goloteo el Chico, o la Capilla de San Jasmeo Del Valle, ambas supuestamente localizadas en medio de ningún lado por ahí por el norte de lo que hoy es Chihuahua- eran más falsas que un billete de 4 pesos con 50… y –por supuesto también- si alguien hacía preguntas sobre el aprovechamiento del dinero, Su Eminencia contestaba que “estaban tan lejos que era difícil ir a supervisar los trabajos frecuentemente, Vd. me entiende, Doña Clemencia…”
También llegaban fondos desde lugares como Puebla, en donde un fabricante de camotes y borrachitos de exportación –la famosa “Aldama & Sons Mexican Candy Manufacturers Co. Limited”- que tenía además un almacén que en secreto prestaba a los conspiradores para armas y otras cosas... por ejemplo, un home theater y una plantalla plana de 50’ que los del “A Team” querían instalar en la sala de juegos de la casa que uno de ellos –el abogado Araujo- tenía en Teques, a donde iban a esquiar algunos fines de semana.
Los preparativos para iniciar el movimiento independentista iban bien… La idea que tenían los conspiradores era que el 1 Octubre tendrían que estar listos para armarla en grande movilizando a algunas secciones del ejército que simpatizaban con la causa, y  para levantar a la raza al mismo tiempo.
Según tenían el organigrama, Ignacio Allende –militar de carrera- iba a ser el mero General, Aldama –industrial- iba a ser su segundo al mando, y el Sr. Cura Hidalgo –que originalmente iba a ser nada más el webmaster de “conspirando.com”, pero que luego se reveló como un tipo que hasta tenía dotes para guiar a la gente- la iba a girar de líder al frente del movimiento popular… casi como los “líderes populares” de hoy, pero sin la corrupción, la ignorancia, la envidia, el egoísmo, la soberbia, la dejadez, la avaricia, la prepotencia, la falta de moral y de valores, las ansias de poder, el absoluto desdén por todo lo que no suceda en su provecho, la falta de interés por las personas que dicen representar,  y algunas otras de las características de las “finísimas personas” que son estos líderes en el México actual.
En la siguiente dizque “Academia Literaria” que se hizo en Querétaro le tocaba a La Corregidora reportar los avances de la infiltración de Pendencia… la Corregidora llegó, abrió la macBook pro y proyectó la presentación en la pared: ‘A ver cabrones… cierren el hocico y préstenme atención en vez de estar hablando de lo buena que está la Josefina’... se refería a Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie, mejor conocida como Josephine, Primera Emperatriz del Primer Imperio Francés, que además era ni más ni menos que la esposa de Napoleón Bonaparte... en esos días Josefina estaba en boca de todos porque una revista había publicado sin permiso unas litografías de dudosa moralidad en donde aparecía ella con buena parte del Estado Mayor de su marido… Doña Josefa continuó: ‘ahí les va… la Tostada me informa que la Guayaba llegó bien y se presentó con el Virrey… luego hizo un súper buffet chido y ahora resulta que todo el mundo quiere que abran un restaurante enfrente del Palacio Virreinal’.
‘¡Pinches plagiarios!’ estalló el Sr. Cura Hidalgo, muy molesto… ‘no puede uno tener una idea buena porque luego luego se la chingan… seguramente hasta máquina de malteadas van a poner los muy hijos de…’
‘Pérate, pérate, péééérate mi Mike’… lo interrumpió La Corregidora ‘cálmate y aguanta el piano ca’n… como hay registro, el brunch no lo pueden copiar a menos que nos paguen la franquicia –que ni madres que les vamos a vender- además sin Guayaba no hay cocina chida, no te preocupes…’ y luego continuó con la presentación… ’Tostada hizo contacto con Guayaba y le dejó una nota mía donde le dije que viera cómo chingados le hace para infiltrarse en la reunión del Consejo de Seguridad del Virreinato, que es el 20 de este mes. Fuera de algunas desavenencias menores, ahí la llevamos…’
El Teniente Baca en su calidad de asesor técnico para operaciones encubiertas –operaciones que normalmente se reducían a averiguar cómo sacar vino de consagrar de la bodega del Sr. Cura Hidalgo sin que lo agarraran en la movida- dijo ‘Oiga Doña Josefa… defina “desavenencias menores”… ¿ha habido algún problema?’… ‘no, pero casi’, explicó La Corregidora… ‘me contó Agamenón que nomás llegando Guayaba se surtió al Jefe de la Guardia del palacio –caras de espanto de todos los presentes- pero que al parecer la cosa no fue a más´ –caras de relajación- ‘como el Virrey se enteró estamos tratando de averiguar si hay alguien por ahí que esté haciéndola de “marca personal”, pero en principio creo que no hay nadie cuidando a Guayaba, así que vamos a ver si puede meterse en la reunión del Consejo de Seguridad y luego decirnos qué onda… tengo mis sospechas sobre un Paje, pero Tostada me dice que a ése lo tiene bien controlado… como ven, lo que estoy tratando de evitar es que acabemos igual que los del 21-12…’
‘Ay guey’… dijo entonces Abasolo 'ni digas del 21-12 me cae… esos gueyes son bien pinches suertudos… la libraron apenitas nomás porque el mismísimo Mr. Virrey se vió buena gente y les echó el cable y los alivianó, porque si no sí me los andaban agujereando a balazo pelón, me cai…claro que del “aliviane” del Virrey salió el equipo de sonido de la sala de fiestas y toda la remodelación de los jardines de atrás del Palacio Virreinal, pero de que “Mr. L” los sacó del atorón, pos los sacó… eso que ni qué’.
n. del a. Al decir 21-12, la Corregidora y Abasolo se referían a lo sucedido a los integrantes de la no tan conocida “Conjura de Valladolid” el año anterior… Los conjurados de Valladolid pretendían el establecimiento de un congreso soberano a partir del 21 de diciembre de 1809, formado por representantes de las villas de Nueva España, y que, como la Junta de México, gobernaría en nombre del rey Fernando VII de España, cuyo trono había sido usurpado por los franceses un año antes. La justificación era la preservación de la Nueva España para la monarquía española. La conjura fue descubierta en diciembre de 1809 -gracias al clásico lamebotas que nomás anda viendo cómo sacar ventaja de algo, igualito que los integrantes de la asamblea de representantes del DF- y sus miembros procesados por conspiración, aunque fueron puestos luego en libertad por intervención del virrey Lizana. 
‘Osea’ continuó La Corregidora ‘estamos bien colocados y nada más nos falta que La Guayaba se ponga las pilas y saque creatividad para meterse a la reunión… no sé cómo le va a hacer, pero le di recursos, me cae...y eso es todo… ¿preguntas?’.
Arias (del “A Team”) levantó la mano para decir ‘A ver mi Jose… yo tengo una duda… ¿qué chingados es eso de Guayaba y Tostada?’… ‘ah’ dijo Doña Josefa ‘son los nombres en clave de mi agente en la Capital y de Pendencia … la agente no tiene problemas con lo de “Tostada”, pero si Pendencia se entera de que la llamo Guayaba me rompe la madre, así que cuidadito con irle con el chisme, porque si me entero de quién fue lo mato a nalgadas nomás que salga del hospital…’
En el Palacio Virreinal, Pendencia pasó el domingo en cama viendo “Lost” y con dolor de estómago luego del tremendo berrinche del día anterior. Todavía no podía creer que La Corregidora hubiera tenido tan poca abuela de mandarle recado con la castaña… estaba muy molesta -por no decir que en realidad estaba sumamente encabronada.
Pero el lunes a las 4AM ya estaba en la cocina repartiendo mandoble al personal para sacar el desayuno… El Virrey tenía visitas y quería algo “ligero pero con gracia”… ‘gracias las que has de hacer’ pensó Pendencia… al final, el desayuno ligero pero con gracia fueron enchiladas de mole negro rellenas de y pollo, nopales asados en tiras, huevos duros, frijoles charros, pan tostado, compota hecha con fresas traídas directamente de Irapuato, café de olla y pan de dulce… ‘ai pa que le caiga bien ligero a Su Ilustrísima…’
Pasaron tres días sin mayor novedad… la tarde del viernes había recepción para el Embajador de Ghana, que venía a presentar sus credenciales y a platicar algunas propuestas de negocios para importación de mano de obra (léase trata de esclavos). Para tan magno evento se hizo una selección de volovanes… de romeritos, de mole y camarón, de bacalao a la vizcaína, de pollo en salsa de cacahuate y de pescado blanco ahumado con crema agria y aceite de ajonjolí.
Cuando iba a meter la décima charola de volovanes al horno, llegó un galancito como de 12 años al que no había visto nunca y se paró junto a ella ‘¿Sor Pendencia?’ preguntó… peleándose con la charola ella dijo ‘soy yo mera… ¿qué chingados quiere?’… él dijo muy bajito  ‘vengo de parte de la Srita. Yei, que dice que la espera en la tercera banca a la izquierda del lado de la puerta grande de Catedral a las 10PM hoy…. No falte’… y dicho esto se dio la media vuelta y se fue antes de que Pendencia pudiera terminar de meter la charola al horno, con lo que cuando salió a buscarlo a la calle no encontró ni rastro del muchacho… volvió a entrar a Palacio pensando ‘chingao… ¿y cómo espera la estirada esa que entre a catedral a esa hora que está cerrada?... me cai que no tiene madre… y si la tiene, pos debe ser chaparrita la muy… ah qué coraje… pinche Corregidora, me cai que me va a oír… es poca madre… como si tuviera tiempo de ir persiguiendo a la de verde por toda la “suidá”… ora como que me llamo Pendencia que yo entro, nomás con tal de que no me mire con cara de “ah, qué pendejea eres, chula”… qué remal me cai…’
Mascullando estas y otras maldiciones, Pendencia entró a la cocina y… chocó otra vez con el Paje, que para terminarla de jorobar ahora traía unas jarras y la bañó completita con agua de tamarindo … Esta vez Pendencia nomás no pudo resistir… ‘¿qué su amable mercé es idiota o qué?’… el Paje se puso amarillo del pánico, y en medio del terror ciego empezó a intentar decir algo que le salvara el pellejo:
‘PERDONMECAESORLEJUROQUENOLAVÍVENIRLEPROMETOQUENOVUELVEASUCEDERNETAORASIENSERIO… pero ya no le dio tiempo… había liberado al demonio… ‘ora va a ver con todo y el protcocolo… el prococololo… esa madre’… Pendencia le quitó una de las jarras y con swing de tiro ganador –al mejor estilo Roland Garros- le plantó tremendo jarrazo en la mera mandíbula… pasaron varias cosas: el batacazo sonó como un gong chino además del escándalo de las otras 3 jarras cayendo contra el piso, la jarra –que era de peltre- agarró la forma exacta de la cara del Paje (del lado derecho, para ser exactos), la pared quedó salpicada de agua de tamarindo, y el pobre Paje giró dos veces sobre su eje con los ojos de huevo cocido y cayó cuan redondo… Pendencia fue a cambiarse a su habitación.
Regresó después a la cocina y fuera de dos mamporros con el rodillo de aplanar masa a uno de los pinches -que por estar baboseando mientras miraba traviesamente a Mireya Pec había cortado mal los círculos de hojaldre para los volovanes- los preparativos de la recepción fueron sin problemas … Pendencia estaba ocupada y no se daba cuenta del tiempo -porque atender esas recepciones es un gorro. Al final, escuchó el reloj de la cocina tocar 7 veces… ‘carajo… todavía no termino aquí… y como a La Corregidora se le antoja, pos tengo que ir viendo cómo salirme para ver a la de verde’… miró a su personal y dijo ‘a ver… su atención de sus mercedes, aperciban por favor… nomás les aviso que si no están todos los volovanes cortados, rellenos, barnizados y listos para el horno en 15 minutos los meto a todos al callejón de las patadas, me cai’… conocedor de las capacidades de Pendencia en ese rubro, todo el personal aumentó el ritmo de trabajo en –números más, números menos- cerca de un 483%.
Cuando todo estuvo listo Pendencia revisó los decorados, los platos montados, las servilletas y las copas… ‘way… está todo en orden, linda’ le dijo Mireya Pec en prefecto yucateco… Pendencia la miró y le dijo ‘mire su mercé… usté no me cae tan remal así que no le busque… la que dice aquí si esto está listo soy yo’… Mireya contestó ‘mare… si yo nada más decía, Sorecita, no se enoje’… Pendencia suspiró y la miró con cara de MUY pocos amigos… ‘mire su mercé… no me diga “Sorecita” si quiere ver el amanecer de nuevo… y mejor vaya a descansar, o báilese una jarana o algo ¿no?... a ver si así se despeja… ándele… sáquese de aquí’.
Para cuando todo quedó convenientemente revisado el reloj sonó 8 veces… ‘ah cabrón’ pensó… ‘ora si o me apuro o no llego… a ver… ir a la catedral pos no tiene problema… es nomás aquí cruzando la plaza… luego la banca pos sí sé cuál es… y luego pos… pero… ¿cómo chingados voy a entrar?’… Pendencia fue a su habitación y se sentó en su cama pensando y luego recordó… se levantó y sacó una de sus maletas del clóset… dentro había una caja mediana que le había dado la Corregidora la noche anterior a su salida de Dolores… la caja estaba envuelta en papel periódico con un moño azul, y en un post-it amarillo decía con letra de La Corregidora: “para cuando tenga que ponerse a chingarle… ya entenderá” Pendencia dijo en voz baja ’pues no entiendo ni madres, Josefa… pérese que la vea, y de verdad que le voy a romper el rostro de la cara…’
Abriendo la envoltura, Pendencia se fijó que la caja era de madera. En la tapa se leía…
ACME SPY EQUIPMENT
Handle with care
made in Taiwan
… y abajo en español
 EQUIPO PARA ESPÍA MARCA ACME
 Manéjese con cuidado
hecho en Taiwan

Pendencia pensó ‘ah pinche Corregidora… ¿no me dijo que me podían acusar de espía y “afusilarme”?... y me da una caja que dice “equipo para espia”… lo que es no tener abuela… me está empezando a caer remal...’
Abrió la caja y encontró varias cosas, algunas bastante raras y otras no tanto… botones como de sotana, plumas de escribir y un botecito de tinta color verde, una como aguja de tejer –pero ningún estambre- una cuerda de piano, unos viales -como ampolletas de inyección- llenas con un líquido oscuro, una brújula, una caja de cerillas, una bola de cuerda negra que se parecía al cordón que usaba para sujetarse el hábito pero más finita, una paloma mensajera dormida, que tenía en el cuello un letrero que decía "Hola. Estoy sedada para agunatar el viaje... para despertarme mójeme con agua fría"... Pendencia agarró la jofaina de su tocador y metió a la paloma, que luego luego empezó a moverse y a hacer "cu curru cu cú"... dió unas vueltas por la habitación, y luego se fue a parar al alféizar de la ventana. Había también un traje de lykra negro de su talla (la talla de Pendencia, no de la paloma), unas zapatillas de neopreno negras, un pañuelo blanco de seda, un librito que decía “ATENCIÓN: códigos secretos. No leer en voz alta” y al final comida, un cepillo y unos brazaletes para la paloma.
‘¿Y yo qué chingados hago con todo esto?... ‘ora sí La Corregidora se está acercando peligrosamente al callejón de los chingadazos...’ y en eso estaba cuando vió debajo de la comida de la paloma algo blanco… un sobre en el fondo de la caja con –otra vez- la letra de la corregidora… el sobre decía “Pendencia, no me rompa la madre… lea las instrucciones primero”…
CONTINUARA

miércoles, octubre 6

La India Pendencia parte VI. El contacto.

El clima en ese sábado 7 de Abril del año del Señor de 1810 era perfecto para la ocasión… Sol, cielo azul, un poco de viento y una temperatura templada… La entrada del Palacio Virreinal estaba engalanada con macetas llenas de flores y un toldo verde obscuro con vivos dorados que iba desde el borde de la acera hasta el interior del patio de carruajes, vallado por dos filas de soldados con uniforme de Estradiotes (vulgo lanceros) del Cuerpo de Guardias de Corps del Escuadrón de Escolta Real en perfecta formación… como nota cultural, dicho escuadrón existe y se ha ocupado desde 1493 –con diferentes nombres- de la seguridad y salvaguarda de los miembros de la Casa Real Española.
n. del a. La verdad sobre esta pomposa y bien apertrechada formación militar fue revelada a la sección Sociales del “London Post” en una entrevista concedida por la Sra. Da. Francisca Garce Rico –elegante dama española de abanico, peineta, mantilla y mucha alcurnia conocida por sus amigas de la alta sociedad como “Paca”… saque Vd. sus conclusiones- y es que los que estaban ahí sí eran soldados, pero no venían de España, ni eran Guardias de Corps, ni formaban parte del Escuadrón de Escolta Real… casi todos eran “regulares” del ejército colonial acuartelado en Palacio y usaban uniformes hechos por orden de Su Ilustrísima Eminencia El Virrey en una de las roperías cercanas al metro Sevilla… según dijo la misma Da. Paca: “es claro que La Corona ni madres que iba a enviar a nadie del EER a escoltar a ni madres de Virrey, y mucho menos a abrillantar con uniforme de gala un “ambigú de protocolo” organizado en una de las colonias situadas “allende la mar océana”,  por supuesto”.
Pendencia había salido a la calle… bueno, no… más bien estaba en la calle porque había sacado por la puerta de servicio –lo traía por  la oreja izquierda- a uno de los vendedores que le traía fruta y verdura porque las manzanas estaban muy verdes y no servían para hacer postre… luego de pegarle cuatro mamporros con un pepino le puso la caja de manzanas de sombrero -con todo y manzanas- mientras le decía ‘y no le termino de partir la cara nomás porque hay gente y el procotolo… el protologo… esa madre dice que la discreción es importante, pero me trae manzanas malas otra vez y hago a su mercé que se coma la caja con clavos y todo’… luego escuchó el ruido y giró para mirar hacia la puerta principal con curiosidad…
Tal como había dicho el Virrey, ahí estaba lo más floreado de la corte… la crema y nata de la “zoociedad” Capitalina… los “nobles”, los “yuppies”, los “fresoides”, las “barbies” y los “wannabees” estaban ahí. También había una manifestación de “Emos” ahí aprovechando la ocasión, con una pancarta que decía “SI NO TOCAN UNA DE AMOR NOS SUICIDAMOS”… sobra decir que los reales granaderos de la SSP –adecuadamente uniformados- los tenían bien controladitos…
Todo el “jet-set” de la Ciudad Capital estaba invitado al ambigú de protocolo… por supuesto los medios tenían que estar… reflectores, flashes, pantallas gigantes de LED, entrevistas en vivo…
Las damas llevaban vestidos de seda labrada o muselina con “spencer” de sarga o terciopelo a juego (el Spencer o jubón es un abrigo corto de manga larga, que cubría los hombros y los brazos) escotes inocentemente cubiertos por delicados encajes, mantillas transparentes, peinados de rodete y rizos elegantísimos decorados con flores o perlas, collares, párpados apenas delineados con hueso de mamey quemado, abanicos hechos con encaje tejido a mano, sombrillas a juego con los vestidos o los abanicos…
Los caballeros iban con casaca o frac obscuro, galera (sombrero alto de copa redondeada) a juego, camisa ajustada de cuello alto con gazné sujeto con un alfiler de perla o diamante, y pantalón corto o largo en color gris Oxford o blanco, botas largas o polainas blancas o negras y botines negros, casi todos usando bastón, casi todos luciendo barbas bien cuidadas… casi ninguno bañado… sí… es que el baño diario no se acostumbraba entre la “high” europea en aquellos tiempos, con lo que tampoco es que el sitio oliera muy bien que digamos…  
Todos los invitados iban haciendo fila en el valet parking para entrar al Palacio por la fantástica alfombra roja colocada debajo del toldo… unos iban llegando en carruajes tipo “Landeaux” y otros a caballo… había un gringo ahí llamado James Harley –clásico gringo ceja güera de ojo azul con cara de galán- que montaba un caballo Lipizzano totalmente negro enjaezado en negro con metales y hebillas plateados. Él era algo así como un “agregado diplomático cultural” que tenía contactos dentro del Palacio (aunque en aquel entonces los gringos no eran precisamente la gente más diplomática ni culta del mundo… igualito que ahora) y la hacía de intérprete de algunos allegados al Virrey para asuntos comerciales.
Mr. Harley llevaba montada en la grupa -la grupa del caballo, no la suya- a una dama joven… una mujer de pelo castaño oscuro y sumamente guapa que llamaba la atención por tres cosas: tenía unos ojos verdes impresionantes, usaba bajo el abrigo un vestido de manga larga verde obscuro de seda y un spencer del mismo color con recamados en negro -en lugar de un vestido “como los de las demás”- y siempre llevaba un diamante rosa con forma de gota colgado del cuello con un listón de piel también rosa. En la Ciudad Capital se decía que se llamaba “Yei” y nadie sabía de dónde venía, pero todo mundo sabía que no era gringa. Ambos –James y Yei- iban vistiendo abrigos largos de piel negra sobre la ropa y goggles para el polvo, y realmente tenían cara de malos…
n. del. a. este estilo de “montar acompañado con actitud siniestra” sería resucitado por la descendencia de Mr. Harley casi 100 años después, y hoy es muy popular entre los aficionados al motociclismo de “touring”.
Pendencia seguía mirando la fila de carruajes, los flashes de las cámaras, la gente muy vestida… y al gringo y su guapa acompañante caracoleando con el caballo a media calle luciendo al animal (es decir luciendo al caballo, no al gringo). Miraba todo aquello pensando ‘ira nomás… todos estos petimetreses y petimetresas haciéndose gueyes y gueyas vestidos como si fueran a la primera comunión del Papa… pinche gente… ora sí me están pasando a caer asquerosamente remal aunque el protogoco… el prolotoco… esa madre diga que no está bien que la gente le caiga remal a uno… ¡y la estirada esa de verde y el guerito haciendo malabares!… a ver si le pongo laxante en el chocolate a la vieja pa que deje de reírse’… y pensando en conseguir laxante entró Pendencia en la cocina para darle los últimos toques al ambigú… lea Vd. el menú si es tan amable, y díganos si no era aquello la feria del colesterol…
Las guarniciones eran ensalada de nopales, quesos fresco y añejo y requesón, salsas varias… verde, roja, borracha, de chipotle, de chile habanero y cebolla morada, pico de gallo y negra veracruzana, además de una salsa excelente que se llamaba “Pedro Navaja”, que sonaba en el audio local… tortillas blancas y azules, totopos recién fritos, crema traída en la mañana desde los establos de Texcoco, chiles varios toreados, cebolla y jitomates picados, guacamole –‘hay de dos… picoso y para jotos’ decía Pendencia- y dos ollas inmensas, una con frijoles charros con chorizo, y otra con frijoles chinos (refritos en manteca de cerdo).
Para empezar había sopes, flautas, memelas (las favoritas del Virrey eran con chicharrón prensado), quesadillas surtidas, pambazos, picadas poblanas y tamales. Para la segunda vuelta había arroz verde, blanco y rojo, chilaquiles rojos o verdes, huevos ahogados en caldillo de jitomate, cecina, carne enchilada, moles verde, rojo y negro, albóndigas en chipotle, chiles rellenos de picadillo, chicharrón en salsa verde, pozole, menudo y cochinita pibil (receta esta última que no era de Pendencia sino de Mireya Pec, chaparrita orgullosamente Maya que trabajaba en la cocina del palacio).
Y en una tercera ronda había romeritos con camarón, ceviche de pescado y pulpo, huachinango en salsa de huitlacoche, jaibas rellenas de arroz con azafrán, y pescado blanco de Pátzcuaro en crema de chile poblano. Para terminar, pan de dulce surtido, el mundialmente famoso panqué de limón de Pendencia, arroz con leche y dulces traídos de Puebla, champurrados de sabores, chocolate caliente, café de olla e infusiones varias.
Para evitarle a la concurrencia el esfuerzo de bajar la ingesta exagerada a brincos (con riesgo de sufrir un insulto estomacal) había aguas frescas de jamaica, limón, sandía y horchata, servidas en jarritos de barro negro Oaxaqueño directamente desde las ollas de barro, y después de semejante atascón, Su Eminencia el Virrey se complacía en ofrecer digestivos a los contribuyentes… ¡perdón!… quise decir a los comensales… es que… bueno… les ofrecía digestivos pues… tequila, mezcal, brandy, Bailey’s y aguardientes varios, y -por supuesto- sales de frutas, alka-seltzers e infusiones de manzanilla con menta a discreción.
Pendencia sudaba la gota gorda junto con su personal, y dirigía el envío de comida para afuera de la cocina –‘qué forma de tragar’ murmuraba… ‘que los mantenga la corona a estos hijos de la chingada… parecen pelones de hospicio… ira nomás!... hasta con las flores de calabaza del decorado de las salsas están barriendo los muy pornográficos… ora sí en serio… ya me acabaron de caer remal…’
Y mientras tanto se fijó en que cada vez que se abría la puerta estaba por ahí la castaña de los ojos verdes mirando hacia la cocina, mientras hacía como que comía tamales… en una de esas la miró y le sonrió con una sonrisa demoledora, y Pendencia se mosqueó… ‘¿de qué pitos se ríe esta?... además no puede estar comiendo tanto tamal… si cada vez que abren se come uno lleva como 18, y le va a dar la “costipasión”… a ver qué chingados trai’… la siguiente vez que la puerta abrió, Pendencia agarró una charola de sopes, se acercó y –discretamente, porque el progotolo… el procototo… esa madre decía que no había que alzar la voz- le preguntó ‘¿qué anda buscando su mercé?... ¿se le perdió una igual, soy, me parezco, le gusto o qué?’…
La muchacha la miró directamente a los ojos y con una voz aguda y mirada divertida le dijo muy bajito ‘¡déjeme!... no haga pancho y cállese el hocico… la busco después en la puerta de servicio… tengo instrucciones de “C” para Vd. … y por cierto, la carne enchilada está pocamadre… vai’… a Pendencia no le gustó nadita el asunto y le preguntó en voz baja ‘¿cómo que “C”?... ¿qué es eso?... ¿cómo que instrucciones?... pero la castaña la ignoró ‘no la chingue, no se vaya’ le dijo Pendencia, enojada… la castaña le regaló una sonrisa encantadora, se dio la vuelta muy propia y se fue caminando hacia la mesa de los frijoles…
Pendencia se quedó ahí muy confundida, y luego regresó a la cocina realmente furibunda pensando ‘qué instrucciones de “C” ni la mamá de batman… esta nomás me está haciendo de chivo el tamal… por mí que espere hasta que llegue la navidá’… cuando cruzó la puerta de la cocina, el Paje que la había recibido el día anterior venía pasando con una olla enorme llena de chilaquiles…como venía pajareando no lo vió y chocó con él, y los chilaquiles fueron a parar a su delantal, que estaba –hasta ese momento- inmaculadamente blanco… ‘ah, pero cómo es animal su mercé… ora parezco tamal verde… ¿qué usté camina viendo patrás o qué chingados?’ dijo Pendencia mientras le subía el color a las mejillas y se le dilataban las pupilas… el Paje, que había visto esa dilatación de pupilas en el cine cuando fue a ver “Hulk”, se quedó paralizado de terror esperando el gancho de izquierda que seguramente vendría, pero Pendencia respiró profundo y nada más dijo ‘voy a cambiarme… pero nomás no recoge su mercé hasta el último chilaquil, y además de romperle su madre lo hago que limpie el suelo con la luenga’… mirando alrededor, Pendencia localizó a una de las cocineras y le rugió ‘¡Eufrosina!... hágame un té de boldo pal berrinche y ora regreso!’… Eufrosina puso agua a hervir y consiguió las hojas de boldo para la infusión en tiempo récord…
El ambigú fue mucho más que un éxito… los invitados comieron triple y cuádruple… es más… hubo madrazos por el último pedazo de panqué de limón… una de las felicitaciones más mencionadas en las secciones de “zoociedad” de los periódicos capitalinos fue la de Da. Paca Garce Rico –la señora chismosa de la entrevista al “London Post”- quien con toda su elocuencia, pompa y circunstancia se acercó al Virrey mientras éste se empacaba la décima memela con chicharrón y le dijo ‘Mi Estimada e Ilustre Eminencia, he de deciros que vuestra cocina es normalmente muy buena –y sé que todos quienes estamos aquí estamos de acuerdo- más he de deciros también que hoy no cocinó su personal… hoy han cocinado los ángeles”…
Una vez que todo estuvo recogido y el personal estaba lavando las 45 toneladas de cosas que se usaron para el ambigú con instrucciones estrictas (‘y al que deje algo sin lavar le meto un plato en el hocico’), Pendencia se sentó en un banquito cerca de una ventana para tomarse un café… seguía dándole vueltas al asunto de la castaña y “C”… ¿qué coño era eso?... la cara de signo de interrogación se le quitó cuando de pronto una piedra entró por la ventana y le pegó a Pendencia en la cabeza…
Fúrica por tercera vez en el día, se levantó sobándose la cabeza para mirar por la ventana gritando ‘escuincles hijos de la mala vida… váyanse a aventarle piedras a sus respectivas madres’… pero al sacar la cabeza por la ventana no vio más que un carruaje tipo “Milord” abierto, pintado de amarillo con dos rayas blancas y con tiro de dos caballos (deportivo, pues) estacionado en la acera de enfrente, y a la castaña parada frente a la puerta jugando con otra piedra... ahora llevaba un vestido más ligero y el pelo recogido en un rodete con unos rizos cayendo por un lado de la cara… miró a Pendencia y le dijo ‘hágase un favor a Vd. misma y no meta a mi mamá en el asunto porque le borro la cara a bofetadas… como Pendencia no contestó, le preguntó ‘¿viene o la tengo que sacar a rastras?’… Pendencia se terminó lo poco de café que había en su taza y fue a la puerta doblándose las mangas y pensando ‘sí chucha… orita me voy a dejar que me cacheties, segurito…’
Salió con cara asesina y se encontró a la castaña ahí nomás, sonriendo con cara de diversión y le dijo en mal tono ‘nomás le aviso a su mercé que si me está queriendo ver la cara de turista se agarre, porque sí la vengo dejando como mechudo de trapear manque me “aborre” la cara luego”… la castaña le dijo ‘ni falta que hace, Sor, porque me voy en un segundo… yo soy su contacto y “C” me dijo que le entregara esto’… le dio a Pendencia un sobrecito… ‘guárdelo hasta que esté en un lugar donde no la vea nadie… la semana entrante tendrá noticias mías… vai’…
Pendencia guardó el sobrecito en el bolsillo interior del mandil de su hábito e iba a decir algo, pero la castaña se dio la media vuelta y empezó a caminar hacia el carruaje… subió por un lado, se sentó, miró a Pendencia y agitando coquetamente una mano le dijo en perfecto francés ‘A bientôt, ma chérie!’ (que es como “hasta pronto, cariño”)… luego le dijo al cochero: “À la maison, Francois” (que quiere decir algo así como “vámonos a la casa, Paco”). El cochero contestó “oui madame”, agitó las riendas de los caballos gritando ¡allez, Toulouse & Lautrec… a grand vitesse!! (que significa algo así como “ora, Tolulouse Lautrec, vámonos en chinga!”), y el carruaje salió disparado y desapareció dando la vuelta en la calle de Moneda.
Pendencia seguía masticando bilis… ‘ora sí se la va a llevar la tiznada… se me volvió a ir la muy hija de Satanás –me cae remal Satanás- me dijo Sor –me cae remal que me digan Sor, a menos que les dé permiso-  y me volvió a dejar hablando sola –y me cae remal  que me dejen hablando sola- me lleva el merito tren… me cae remal… la próxima vez ni le digo nada… mejor nomás para empezar le cierro el hocico de un trompón’…
Más tarde, luego de meter tres platos en tres hocicos distintos en la cocina, y después del quinto té de boldo, Pendencia regresó a su habitación en donde le habían dejado la tina lista para bañarse… ‘carajo… ora sí me duelen hasta las pestañas, y orita lo malo es que una aspirina me va a servir para lo mismo que un gansito en una embolia cerebral’… cuando se quitó el mandil sintió algo dentro del bolsillo y se acordó del sobrecito… ‘chingado’ dijo ‘ya se me había olvidado el recadito de la chistosa esta’… dejó el sobre en una mesita a un lado de la tina, fue al CD, puso Enya, agarró un jarro de champurrado de fresa que le había dejado Eufrosina, se metió a la tina y tomó el sobrecito… no se había fijado que era rosa y tenía un corazón dibujado a mano ‘méndigas tan cursis… por eso me cain muy remal’ pensó Pendencia… abrió el sobrecito y sacó una sola página de papel perfectamente doblada…
Escrito con una caligrafía impecable se leía “MISSION DEBRIEF 10041810, 20:00, sala armas palacio minería, reunión CS Virreinato… filtrarse y averiguar qué chingados… confirmar recepción raya en puerta… ‘C’ PD coma fruta y verduras”
Pendencia se quedó helada… la letra se le hacía conocida, pero no recordaba por qué… ‘pos así sea C o R o LL o XEW… esto es pasarse de azteca… no entiendo ni madres… y luego pos qué minería, si yo nomás se jiu-jitsu y cocinar´… ‘¿y qué coños es esto de “raya en la puerta”?’… ora sí…
Pero pensándole, poco a poco se le fue aclarando la cosa… ‘a huevo’ pensó… ‘es lo que querían que hiciera de que les mandara decir de qué pasa aquí y éso… pero pos cómo voy a la mina o qué chingados… y pos según yo aquí es el palacio… ¿o qué semiolvidó?... ¿y cómo les digo luego o qué?... no me traje la paloma mensajera... ¿no será algo del procotolo… del proctólogo… esa madre, que no me explicó La Corregidora?’… miró la letra del mensaje de nuevo reconociéndola,  y se puso furiosa… ‘pinche Corregidora, qué poca madre… me hubiera mandado el sobre por DHL y no con ésta que me cai remal…’
Porque el asunto le cocinaba el hígado de coraje… ‘ora sí la barbie esta me vió la cara de turista… ¿cómo conoce a La Corregidora?... ora sí me cai que qué remal que me cai…
Una vez más -la sexta ese día- Pendencia gritó '¡Eufrosina!... ¡vuélvame a traer un té de boldo ora mismo!’
CONTINUARÁ