domingo, agosto 7

La India Pendencia parte XIV. La Orden, los huevos y el papel.

Dos Estradiotes –con lanza y todo- subieron a donde estaba Pendencia esperando echando humo del coraje a un lado del carrito, uno de ellos preguntando ‘¿es Usted la monja del carrito?’… Pendencia con una velocidad increíble le quitó la lanza, lo agarró del babero y lo atrajo hasta que casi se tocaban sus narices mientras lo sacudía con ganas…

‘Aperciba su elegantiosa mercé… nomás pa empezar, la monja del carrito lo será su pariente más lejana… para
su información suya de usted, soy la jefa de cocina del Palacio, soy Novicia Delantera de la Orden de las Hermanas “Sisters of The Soul”, me llamo Sor Pendencia y esto no es un carrito, sino una "unidá gastromónica" "ergomónicamente" endiseñada para fabricar “crepsusé” de la mejor calidad… onde me vuelva a decir “la monja” a mí o “carrito” al aparato que acabo de describirle le meto el dispensador de helado por la nariz y le abro ‘pa que se le enfríen las ideas hasta el mero día del Juicio final, ¿me entendió?’… el Estradiote se quedó callado cuando Pendencia lo soltó, mientras el otro –con ojos de huevo cocido de la impresión- decía ‘bueno Madre… no se enoje, si sólo estábamos de broma’… ‘pues váyanse a bromear con sus queridas y a mí nomás ayúdenme a bajar esta madre ‘pabajo y a llevárnosla al Palacio antes de que corra sangre, chingao… parece que fuera yo la broma de todo el planeta… me cain rebien remucho muy remal’.

Subieron el carrito al carro de Palacio bajo la mirada amenazadora de Pendencia. La Jim estaba esperando en el carruaje que había ido a recogerlas ‘¿viene, Sor?’… ‘nel… estoy nomás un poco enojecida, así que su mercé se va en el carruaje y yo camino… total está cerca… dígale a Sinforosa que me ponga la tina, unas galletas de avena y un té de boldo doble… ¡ah!...y dígale también que si vuelve a poner la tina para pelar pollos de caliente como la otra vez la meto a ella a la olla de freír tortillas y la dejo ahí hasta que acitrone’… el cochero –conocedor de los arrancones de Pendencia- no esperó más y al grito de “ora, jijos del sol naciente” azuzó a los dos caballos pintos, que salieron a buen paso llevándose a la Jim al Palacio. Pendencia iba caminando muy mona con su delantal y el hábito completo por la calle poco iluminada cuando pasó frente a dos borrachos que estaban sentados frente a una puerta, que sólo la miraron sin decir nada… Pendencia había tenido un “altercado sin importancia” con ellos algunas semanas antes en el mismo lugar mientras regresaba del mercado porque se quisieron pasar de listos con Mireya Pec… uno de ellos todavía llevaba muletas, y el otro tenía todavía un parche sobre la nariz y morado debajo de ambos ojos.

Entró al Palacio mientras bajaban el carrito para meterlo a la cocina. Se acercó al encargado de la descarga y le dijo ‘aperciba su sudorosa mercé… si vd. rompe mi carrito, yo le rompo la madre’… al verla llegar uno de los guardias del piquete de entrada se cuadró y le dijo ‘Sor Pendencia, su Eminencia el Virrey me pidió que os dijera que fuerais a verlo a su despacho una vez que llegarais… tened la bondad de seguirme’… Pendencia pensaba “chingao, chingao y chingao… no nomás me hace partirme la madre todo el pinche día pa darle de tragar a la pila de jijos de la rechingada esos… ‘ora segurito me va a pedir que le haga unas quesadillas de huevo con frijoles refiros y epazote… qué poca madre tienen algunos… ora sí de verdad en serio que me cae retemucho muy remal”…

Llegaron a la puerta del despacho del Virrey, y mientras Pendencia se arreglaba el hábito y se enderezaba el delantal lleno de flores, el guardia golpeó la puerta 4 veces y esperó hasta que una voz dijo “entrad para adentro”… el guardia abrió la puerta y dijo ‘su Eminencia… la Sor Pendencia está aquí según vuestras instrucciones’… se escuchó al Virrey ‘¡ah, joder!... hacedla pasar ipsofacto por favor’… el guardia se apartó a un lado de la puerta y le hizo una señal a Pendencia, que entró al despacho –muy poco iluminado- y se detuvo frente al escritorio del Virrey, que era lo único que se veía claramente ‘su Eminencia… decidme para qué soy buena’… el Virrey la miró con una sonrisa tan grande que si hubiera tenido aretes los hubiera mordido ‘Sor Pendencia, sólo quería deciros que no ha habido un solo comensal que no se me haya acercado al final de la reunión –incluyendo al General Calleja y el Capitán Pimentel- para decirme que es de largo la mejor cena que han probado en Palacio en años… y quiero agradeceros vuestro esfuerzo y vuestra dedicación…’

En ese momento se encendieron las luces y aparecieron varios hombres y mujeres vestidos con una capa negra con fondillos azul rey y cuello trenzado en rojo y amarillo… uno de ellos era el Chef Sobo, que se acercó a Pendencia y –con cuidado, recordando el torzón y la maroma de la última vez- la saludó de mano mientras le decía “buenas noches Sor Pendencia… es un placer verla de nuevo’… ella no sabía qué contestar, y menos cuando se adelantó otro de los encapados y le dijo con un acento muy extraño “Sister Pendency, yo ser Sir Louis Donald Ramsay*, Maestre et Magna Custodiae de la Holy British Order of The Benedict Egg**, que sólo se conceder a todos los cooks and cuisine masters que hacer contribucioneis muy mejores a la international cooking’…

Pendencia se quedó mirando a Sobo con cara de masinembargo mientras decía ‘pos mucho gusto, pero no entiendo ni madres’… el Virrey tosió y dijo ‘Hermana… permitidme que os explique… resulta que estos Señores son parte de una Orden muy prestigiada y quieren hacerla miembro de ésta por vuestros méritos en el desarrollo de la cocina típica… han venido de lugares muy lejanos para esta pequeña ceremonia que hemos organizado para Vos… así que si no os oponéis, os investirán como miembro de la orden ahora mismo’… Pendencia seguía enojada, tenía sueño y estaba hasta el gorro del asunto, pero la curiosidad era grande ‘pos está bueno… que me envistierezcan pues…’ se adelantó una de las mujeres con una capa que le dio a Sobo… este le dijo a Pendencia “Sor Pendencia… arrodíllese por favor’… ‘se va a rodillecer su abuela de usté… ‘no, Sor… es que es el protocolo’… ‘¿ah sí?... pos a mí el procogolo… el proloto… esa madre me viene valiendo… ¿por qué me voy a rodillecer?’… ‘porque es la tradición… ande… pórtese bien, que esto es importante, no sea gandalla’… ‘está bueno, pero vuélvame a decir nomás “Sor” y le acomodo tres soplamocos’…’está bien, pero me los acomoda luego’...

Pendencia se arrodilló, y Sobo le puso la capa sobre los hombros mientras Ramsay sacaba una cajita forrada en terciopelo rojo y la abría para sacar un broche redondo que tenía un huevo de esmalte blanco en el centro, unas hojas de laurel de oro rellenas de lapislázuli alrededor, tres ágatas redondas en la parte de arriba y debajo una placa semi circular que decía en Latin PER OVI COGNITUM***. El broche era más o menos del tamaño de un jitomate grande, y tenía además una escarapela negra, azul rey, roja y amarilla en fieltro y popotillo…

Se acercó a Pendencia y prendió el broche de la capa mientras decía ‘Yo, Louis Donald Ramsay imponerte a ti, Pendencia, la Holy Order of The Benedict Egg… y en reconocimiento entregarte este broche chidou que concederse sólo a los grandeis cocinerous…’ los presentes aplaudieron y Sobo intentó darle un abrazo a Pendencia, pero se abstuvo cuando vió la mirada de “si se acerca lo mato”. En general, todos fueron a felicitar a Pendencia, pero viendo el gesto de Sobo nadie se atrevió a hacer más que darle la mano. Luego se fueron a sus habitaciones y la dejaron sola con el Virrey… ‘enhorabuena, hermana… esa es una distinción importantísima’… ‘pues os diré, Eminencia, que a mí en realidad me importa poco menos que un jalapeño… aunque no dejaré de reconocer que el broche está lindo…’… el Virrey la miró con cara de diversión y le dijo ‘muy bien… iros a descansar, que mañana hay trabajo como siempre, y enhorabuena de nuevo… buenas noches’… ‘buenas noches, Eminencia’ respondió pendencia, y empezó a caminar hacia la puerta, pero se detuvo y se volvió… ‘eminencia, quisiera pediros un favor’… ‘lo que queráis’… ‘para la próxima vez que vaya yo a estar en una ceremonia avisadme para arreglarme un poco porque después de tanto trajín tengo masa de “crepsusé” en lugares de mi anatomía que sería amoral mencionaros’… el Virrey sólo dijo ‘disculpadme… es que era sorpresa’… 'no hay problema, Eminencia… buenas las tenga'… salió al pasillo y cerró la puerta del despacho del Virrey para ira su habitación pensando ‘chingao… nomás eso me faltaba… ora resulta que soy miembro de la orden de los huevos… ¿o era la orden de los huevos y el miembro?… y también resulta que tengo un huevo abrochado… pinches gueyes, me cae que ya podían inventar la orden de los que valen pirrín también, y entonces sí me iba a gustar ver qué broche se iban a colgar… nomás le andan buscando para dáselas de Chen Kai… me cain remal’.

* Sir Louis Donald Ramsay era el fundador de una dinastía de chefs que ha seguido hasta hoy… su tataranieto más famoso es Gordon, conocido exponente de la “nouvelle cuisine” que la hace de escritor y chef de fama internacional… si no me creen vayan al Maze… está chingón –n. del a.

** la Holy British Order of The Benedict Egg fue fundada por la primera Soberana del Reino Unido, Su Majestad La Reina Ana de Inglaterra, perteneciente a la Dinastía Estuardo (“Stuart” o “Stewart” en inglés), que fue reina de Inglaterra e Irlanda de 1702 a 1714. Mejor conocida como “Fat Annie” por su “graciosa corpulencia” (forma muy educada de decir que tenía sus buenos kilos de más) era famosa por entrarle con fervor y pasión al “picking food” (bocadillos varios) y a la chela en cualquier oportunidad. Fundó la orden luego de que –para bajarle la cruda un sábado en la mañana- el Real Cocinero, Mr. Benedict “Benny” McCallahan, le mandó unos huevos escalfados montados sobre un muffin con pastrami y cubiertos de salsa holandesa… la monarca quedó encantada con el plato y decidió investir al Real Cocinero como Gran Maestre… había nacido la Orden de la mano de los Huevos Benedictine (Benedict Eggs, en honor a la pericia del buen Benny). Hay una creencia muy extendida que dice que la receta se creó después, pero la neta es que se hizo muy famosa luego de que se la fusilara el magnífico Oscar Tschirky -maître d'hôtel del Waldorf Hotel de Wall Street, NY- y la incluyera en el menú de desayunos del famoso hotel más de 100 años después –n. del a.

*** en una traducción libre del latín, PER OVI COGNITUM significa algo así como “por sus huevos les conoceréis” –n. del a.

Pendencia llegó a su habitación del palacio realmente molesta, se quitó el delantal y cuando se iba a quitar el hábito se cayó al suelo el rollo de papel negro que le había dado Vicente Nario ‘chingao… parece mentira que el jijo de su matrícula este me la haga cada que se le antoja’… … pero nomás que tenga oportunidá le plancho el traje puesto a pisotones hasta que no le quede ni una arruga al maldito’, se quitó el estetoscopio, la camiseta, las bermudas y los crocs, puso un disco de John Phillips (guitarrista estadounidense de folk y jazz) agarró una toalla gorda con el logo del Palacio, y se fue a la tina en donde la estaba esperando una charola con el té de boldo y las galletas ‘chingao… me cai que el agua está muy caliente, pero no voy a acitronar a la Sinforosa nomás porque las galletas le quedaron más o menos… me cai remal’…

Después del té y con las galletas a la mano, Pendencia se estaba relajando a gusto cuando de pronto escuchó que tocaban a la puerta muy bajito… ‘chingao’ pensó ‘segurito ahora resulta que el Oficial de Proconolo… de prolologo… de esa madre quiere unas donas o su leche con cognac para dormir… me cai remal’… salió de la tina, se puso una bata y fue a abrir la puerta… ahí estaba la Jim con una canasta con los huevos duros, con cara de preocupación y a punto de llorar ‘Sor’ le dijo ‘tenemos un problema… es que… ash… no se ve nada de lo que escribimos en los huevos… se borró todo, chingao’…

Pendencia peló los ojos y le dijo ‘aperciba su entristecida mercé… aquí la única que puede decir chingao soy yo, chingao… y luego no sea maje… lo que usté escribió está en los huevos’… la Jim la miró más tranquila… ‘¿es neta, Sor?’… ‘no me diga nomás “Sor” si no quiere salir volando por la ventana... aperciba… hay que pelar los huevos porque si La Corregidora me dio bien las “instrupsiones”, si pelamos los huevos tenemos que poder leer lo que usté escribió… claro que si no me dio bien las "instrupsiones" pos ya valimos pura madre’.

La Jim entró a la habitación, sacó el huevo 1 y empezó a pelarlo con mucho cuidado… cuando terminó de quitar la cáscara miró el huevo duro y le dijo a Pendencia ‘pues sí se leen bien’… luego se puso pálida, agarró el huevo 12 –que era de los primeros que había escrito ella- y más pálida le dijo ‘Sor… ash… no puedo leer nada’… Pendencia se acercó a mirar el huevo… ‘a ver… súbale a la luz’… intentó leer, pero sólo podía ver líneas y alguna que otra letra ‘pos… creo que ya valimos pura madre… yo tampoco puedo leer, y eso que tengo vista ‘pa atinarle a cualquier ojete a 120 metros con una piedra si no se mueve mucho…’ la Jim empezó a llorar… ‘¿y porqué llora su mercé?’… ‘ash’ contestó la Jim moqueando ‘es que me choca... tanto trabajo y luego nada de chisme’… ‘pos sí… pero pos… a ver… pelese otro huevo nomás por cultura’… Jim peló el huevo 23, y resultó en la misma cosa.

Pendencia le dijo a la Jim ‘pos es que tenía su mercé que escribir con letra grande’ entonces la Jim se puso como enano de circo con hemorroides ‘¿y porqué no me dijo?… y luego no la chingue Sor…¿cómo escribe una con letra grande para que quepa todo lo que dijeron los señores esos?... hubiéramos necesitado muchísimos huevos, y la neta no teníamos tantos… y ahora va a resultar que tanto para nada, y todo por falta de huevos… chingao’… ‘que no diga chingao, chingao… a ver… hay que pensar en algo a ver si nos acrodamos por lo menos de la mitad, porque si no la Josefa me va a suspender, pero de los lóbulos de las orejas,,,’

En eso estaban cuando la Jim se quedó mirando al buró de Pendencia ‘Sor’… ‘no me diga nomás “Sor”… ¿cuántas veces quiere que se lo diga?... ¿o de plano prefiere su mercé que ejerza yo la violencia?’… ‘no Sor… es que… ¿qué es eso que está en su buró?’… ‘pos un rollo de papeles que me dio el Mayor Estévez -oseàse el hijo de la rechingada del Vicente Nario- cuando salió de la reunión… me dijo que lo tirara a la basura, pero que me fijara bien porque no era lo que parecía’… la Jim puso cara de satisfacción y la miró ‘pues no lo tire… creo que el Mayor nos acaba de sacar del problema’… ‘¡no me diga!... ¿y cómo chingados le hizo el catrín ese?’… ‘pues es que eso es papel calca’… Pendencia la miró sin entender ‘¿papel caca?... ah cabròn... ¿y qué es eso?’… ‘ash Sor… ¿no lo sabe?... es un papel que copia lo que se escribe en una hoja en otra hoja que se pone atràs, pero luego lo que Vd. escribe se queda en el papel negro, osea que a lo mejor no estamos perdidas’.

Pendencia miró al papel pensando “ah cabrón… ahora resulta que no nomas me ve la cara de turista el jijo de santoclós… resulta que creo que sì soy turista… y tan pendeja chingao… me caigo remal”.

CONTINUARÁ

miércoles, marzo 16

La India Pendencia parte XIII. Sacando la sopa.

La dispositiva apareció con un mapa del centro del país indicando la ubicación de Querétaro… Pimentel sonrió y dijo ‘sed tan amables de sentiros libres de disparar vuestras preguntas en el momento en las tengáis en la recámara*’… hubo risas entre los asistentes… ‘Como os decía’ continuó el Capitán Pimentel ‘este grupo de Querétaro ha estado reuniéndose en dicha ciudad para conspirar, con el objetivo de formar una especie de ejército que en teoría debería vencer a nuestro Ejército Realista y después debería avanzar hasta aquí, a la Ciudad Capital, para derrocar al Gobierno Colonial… es decir, es un complot para hacerse con el gobierno y controlar los intereses de ambas, la Corona y la Colonia, que se administran desde este palacio’… mientras Pimentel hablaba iban apareciendo flechas y caminos en la transparencia para mostrar su teoría sobre còmo deberían avanzar los insurgentes**.
*al hablar de “preguntas en la recámara”, Pimentel no se refería a nada similar a “damiselas en la habitación”, sino que hacía un símil a la bala ubicada en la recámara de una pistola o un fusil, que es la bala que se disparará la próxima vez que se haga fuego con el arma -n. del a.
**aquí se hace referencia al avance del “Ejército Insurgente”, y en ninguna forma a la famosísima “Avenida de los Insurgentes”, porque la neta es que entre metrobus, tres carriles en donde sólo caben dos, alcoholímetro y un chingo de agujeros a toda madre, factores todos éstos resultado de la morrocotuda gestión del gobierno de la otrora llamada “Ciudad de la Esperanza” la citada Avenida no va a avanzar NUNCA –n. del a.
Pendencia le dictaba a la Jim según iba escuchando ‘el grupo se ha reunido para “constipar” y formar un ejército que… chingao… este guey habla reterápido… que luego avanzará hasta aquí para embrocar al gobierno “coloquial”… es un… un…¿compló?... ¿qué carajos es eso de “compló?”… chingao, chingao y chingao… la Jim le dijo ‘noooooo… ash… un “complot” Sor… un “complot” es un… ash… olvídelo… ‘¿tengo que escribir todos los “chingao”?’… Pendencia la miró con cara asesina y le dijo ‘aperciba su secretarial mercé… no me diga nomás “Sor” si quiere ver la luz del día de mañana, y usté escriba la cosa como para que usté entienda y ya… total, aluego nos sentamos juntas y me lo explica’… ‘OK’ dijo la Jim… ‘déjeme cambiar de huevo y le seguimos’…
Tomó un huevo nuevo mientras Pendencia le seguía dando información según hablaba Pimentel ‘Sin embargo –apareció otra diapositiva, que ahora mostraba frases y viñetas- el grupo al parecer no está bien organizado, ya que aparentemente no podrían reunir a más de 500 efectivos en el corto plazo (hablamos de 2-3 semanas). Como podéis leer en la diapositiva, creemos que no están convenientemente armados y que no tienen fondos suficientes para soportar un esfuerzo bélico muy largo. Tampoco creemos que tengan suministros suficientes para asegurar el rancho de más de un batallón completo por más de 60 días’***… mientras Pimentel hablaba, cada frase fue cambiando de color en la pantalla.
***en términos castrenses, el “rancho” es la comida que se sirve al medio día a la tropa, y hablando en términos generales un batallón puede estar compuesto por 300-1500 elementos entre oficiales, intendencia y tropa… y –por cierto- “castrense” se refiere a la disciplina militar, no sea que alguno empiece a imaginar cosas –n. del a.
Pendencia seguía hablando para que la Jim escribiera ‘según la “diasporitiva” el grupo no está bien armado y no tiene “sunimistros” para asegurar el rancho’… se detuvo reflexionando ‘pos no… si un rancho pos es caro… ahí sí se las mata mi Capitán’… y siguió dictando ‘el rancho de un batallón completo’… la Jim había cambiado de huevo ya 9 veces pero se detuvo antes de empezar el siguiente huevo ‘Sor… ¿qué es eso del rancho?’… Pendencia le dijo ‘mire su mercé… según yo pos es la tierra de uno, pero estos jijos de GIJOE como que hablan raro… y que yo sepa los de “The Unit” no tienen rancho y son militares’…
Pimentel continuó ‘uno de los factores fundamentales –apareció otra diapositiva con una gráfica y debajo a la derecha un letrerito que decía “fuente: Consulta Motifsky”- es que el grupo no cuenta con un porcentaje alto de aceptación entre la población que rodea la zona… si observáis la pantalla veréis que los números hablan por sí mismos…hemos ordenado una serie de encuestas y es claro que, de entre todos los encuestados, hay un alto porcentaje que no está precisamente de acuerdo con el hecho de que hay que desprenderse de la Corona y establecer una Junta de Gobierno Independiente… en pocas palabras, organizar un país aparte’… Pimentel miró de nuevo al técnico al fondo de la sala para pedir un cambio de diapositiva y continuó ‘como podéis ver, a la pregunta “¿Estás de acuerdo con ser parte de un país independiente de la Corona Española?” el 22% contestó “sí”, el 26% contestó “no”, y el 52% restante entra en la categoría “no sabe/no contestó”, con lo que podemos asumir que, para empezar, no mucha gente conoce las ideas y/o las pretensiones del grupo'.
Uno de los asistentes levantó una mano para hablar. Pimentel le dijo ‘adelante, Mi Mayor Estévez’… el Mayor dijo con voz aguda “no es que quiera importunaros, Mi Capitán, pero no me suenan muy coherentes esos datos… es que verá… el 52% no sabe o no contestó, y yo creo que eso puede deberse a una de dos: o le preguntaron a personas que no hablan español (hartas de las cuales cohabitan con nosotros en esta Colonia), o probablemente no dijeron la verdad… mis fuentes me dicen que las ideas del grupo están más extendidas de lo que vuestros números indican’… Pimentel preguntó ‘¿y vos a qué os dedicáis, que tenéis fuentes y todo?’… el Mayor contestó ‘pues trabajo para el Real Servicio de Contrainteligencia, estoy aquí para llevarme una minuta a petición del General Calleja, y os puedo decir que tenemos sospechas de que la cosa no es tan del desconocimiento público, es decir, que no le vale madre a tanta gente como a vos os parece’…
Pendencia seguía dictándole a la Jim ‘trabaja en contraintendencia… éste debe ser algo así como Jack Bauer… y sospecha de que la cosa no es del desconocimiento púbico’… la Jim cambió al huevo 17, la miró y preguntó ‘¿no querrá decir “público”, Sor?’… mirada retadora de Pendencia ‘pos eso dije... ¿no?’… ‘no Sor… dijo “púbico”, y es que son cosas diferentes, mire, le voy a explicar’… ‘sí ya sé que son cosas diferentes, me lleva el tranvía… “público” es de “público” y “púbico” pos es de “púbico”, ya lo sé, chingao… usté escriba y adapte lo que aperciba que no está bien de lo que yo le diga, pero no me eninterrumpa así tan a lo guey porque se me pierde lo que dicen estos señores… y no me diga nomás Sor, chingao, porque nomás que pueda desempegarme de la pader le pongo el estro-locos-colópico de adorno en su cabeza suya de usté.’…
Dentro de la sala de reuniones, Pimentel puso cara seria y dijo ‘Mi Mayor, creo que vamos a tener que platicar después de esta reunión para ver si podemos establecer un esfuerzo conjunto, ya que veo que tenéis información que el Estado Mayor no tiene, con lo que os conmino a que quedemos para otra ocasión a fin de unificar niveles’… ‘Mi Capitàn, me encantaría, pero esa es toda la información que tengo… mi personal habla sólo español, y con la cantidad de personas aquí que no lo hablan es algo difícil obtener más que sonrisas o miradas serias’… escuchando esto Pendencia pensó “a huevo, par de contrainteligentes… a que no contaban con la astucia de la raza de bronce… pinches ojetes… nomás no entienden, lero lero… jijos de la Llorona” …
Pimentel hizo una pausa y miró al técnico, quien cambió de diapositiva… ‘ahora os expondré a aquéllos de quienes sabemos que son los cabecillas del movimiento en cuestión, empezando por un par de comerciantes… permitidme’… y se lanzó a describir, diapositiva por diapositiva, fotos, vida y obra de un montón de personal… tantos que en algún momento la Jim le dijo a Pendencia ‘oiga Sor… si me sigue dando la biografía entera de cada uno me van a faltar huevos’… Pendencia contestó ‘nada de falta de huevos… usté resuma la cosa y trate de no hacer un endesmadre con los huevos y pos ya le dije… nos sentamos y me explica porque hay que resumir todo y semiace que también vamos a tener falta de paloma mensajera… pero usté sígale chingando’…
Conforme Pimentel iba avanzando Pendencia se iba sintiendo cada vez más preocupada… Pimentel no tenía ni idea de muchas cosas sobre todo en lo relacionado con armamentos y –de acuerdo con el Mayor- sobre la simpatía del pueblo… sin embargo estaba mejor informado sobre lo que tenía que ver con quiénes estaban metidos en el entuerto… Pimentel mencionó los nombres de muchos, pero a Pendencia le entró la preocupación cuando mencionaron a La Corregidora… no era que le cayera “rebien”, pero sí era que “le tenía voluntad”, y escuchar su nombre como “sospechosa de conspiración” la hizo preocuparse bastante.
‘Me carga el payaso’ le dijo a la Jim ‘¿tiene todos los nombres onque sea?’… ‘sí’ le contestó la Jim cambiando al huevo 34 ‘tengo los nombres, pero no puse todos los datos de los últimos porque –insisto- me estoy quedando sin huevos, y no quiero perderme detalle del chisme’… Pendencia la miró con cara de resignación mientras suspiraba y siguió dictando mientras escuchaba la voz de Pimentel ‘resulta que ora dicen que el caso es que el problema es que hay que agarrar a alguien “in-trigante” para que les diga el huevo y quien lo puso’… ‘Sor’ dijo la Jim mirando al techo ‘se dice “in fraganti”’… Pendencia ni siquiera la escuchaba... ‘además están pensando que podría ser La Corregidora porque “todos sabéis las debilidades de las mujeres, que a las primeras de cambio y con un poco de presión sueltan la lengua con facilidad”… Pendencia se puso roja de ira y dijo ‘pos será su Sacrosanta Madre, Mi Capitán, porque la Josefa le voltea la cara al revés y le pone las charreteras de sombrero antes de que su mercé se atreva a decirle “mi alma”… la Jim preguntó ‘¿escribo eso también?’ … ‘no sea maje’ le dijo Pendencia ‘esos son pensamientos míos de mí de mi propiedad que me digo yo a mí sola’… ‘ah' dijo la Jim… 'yo pensé que también tenía que escribir de la Sacrosanta Madre de Mi Capitán… que ya no me está gustando con esos comentarios… ash… tan buenísimo que está’…
En eso se escuchó a Pimentel decir ‘bien… os propongo un receso para cenar y después podemos continuar con la parte más importante de la reunión, que es la de las acciones que tomaremos para contener a esta chusma irreverente que pretende destronar a la Corona y disolver el Virreinato… ¡ordenanza!’ rugió ‘¡s’órdenes, Mi Capitán!’ contestó el Paje, que había estado de pie y perfectamente inmóvil junto a la puerta durante toda la reunión… Pimentel le ordenó  ‘pedid al personal de cocina que sirva las viandas que el Virrey ha dispuesto’… ‘¡s’órdenes Mi Capitán!’ le contestó el Paje con voz marcial, y giró para abrir la puerta mientras Pendencia y la Jim se ponían a acomodar el carrito y los platos con el servicio. El Paje salió y marchó más que caminó hacia donde estaban, se detuvo a unos pasos del carrito y pegó dos bastonazos en el piso ‘¡ah del servicio!... se os solicita dentro de la sala para que sirváis con alacridad y remango****… Pendencia y la Jim se miraron con cara de signo de interrogación hasta que el Paje, viendo su confusión dijo en voz baja ‘en pocas palabras, se os conmina a que sirváis en chinga’… ‘chingao’ dijo Pendencia… ‘qué bueno que aclara… ya estaba yo “empreocupándome” porque salsa de remango no hicimos ora’…
****ambos sinónimos de “presteza” que según la 22ª edición del diccionario de la Real Academia Española –y por si alguien se lo pregunta- significa “prontitud, diligencia y brevedad en hacer o decir algo” –n. del a.
Prepararon todo, y siguieron al Paje que nuevamente se plantó frente a la puerta, pegó dos bastonazos en el piso de madera (que hicieron saltar a más de uno de los que estaban sentados) mientras con voz màs marcial decía ‘¡ah de la sala!... os anuncio la entrada de la hermana Sor Pendencia de la Concepción Rico Ruiz, Jefa de Cocina Invitada del Palacio Virreinal, y la Chef Saucier, la Señorita Jimena Salinas, alias “la Jim”, asistente profesional invitada por la Sor, y enviada de parte del Chef Sobo!’... el Paje tuvo que aguantarse calladito un tirón de greñas de Pendencia que estando detrás de él le dijo bajito ‘vuélvame a decir nomás “Sor” enfrente de todos estos catrines y me cai que le lleno el pelo de miel de abeja, me espero a que se seque y luego se lo arranco todo de un solo jalón, verá si no’…
Entraron, y fueron dando la vuelta a la gran mesa cuadrada mientras los retratos de Virreyes y Reyes las miraban desde las paredes. El primero en ser servido fue el Virrey y después el General Calleja, que se deshizo en elogios para las crepas “Tres Quesos” y para el mole, que estaba –valga la expresión- en su mero mole … después cada uno recibió un plato con crepas “tres quesos” y una segunda crepa con una salsa de su elección. La cena estaba prevista para durar algo así como 30 minutos*****, pero parecía que nadie se cansaba de comer… el carrito iba de un lado al otro, y Pendencia y la Jim no se daban abasto para servir plato tras plato… las crepas resultaron ser un verdadero manjar, y las salsas de la Jim recibieron cualquier cantidad de elogios. A la hora de los helados se percibía un ambiente casi de placer sensual en la sala mientras los comensales iban degustando distintos sabores, texturas y confites.
***** o lo que es lo mismo, media hora –n. del a.
Al final llegó el bartender de Palacio para ofrecer digestivos a los invitados… licores como Grand Marnier, Controy, Remy Martin V.S.O.P., Tequila “El Viejito” 18 años, Cremas de Mezcal Oaxaqueño y –aprovechando sus amplios conocimientos de coctelería- tragos digestivos como el Porto Flip (que lleva huevo, como todos los cocteles “flip”), el Golden Cadillac, el Singapore Sling (que el bartender aprendió durante sus prácticas con el súper bartender Niang Tom Boon en el hotel “Raffles” en Singapur) y uno muy famoso ya en aquéllos tiempos que se llama “Cocktail Criollo”, que lleva vodka, licor de coco, jugo de naranja y granadina. La Jim se preparó un Vodka Tonic doble a escondidas y lo puso entre los helados para que se mantuviera frío mientras se lo iba tomando despacito. Para cerrar infusiones de menta, manzanilla, pimienta y canela, y café de olla, irlandés o capuccino acompañando una selección de dulces directamente importados de la Hermana República de Puebla y un “extra” pastelitos de hojaldre y dulce de leche horneados bajo la amenazadora mirada de Pendencia en la cocina de Palacio.
Una vez que hubieron terminado, Pendencia y la Jim recogieron el servicio y salieron al pasillo, en donde se quedaron a acomodar mejor el carrito y los platos sucios para que fuera más fácil llevárselos de regreso a Palacio. Acomodaron tan rápido como pudieron mientras los comensales comentaban el punto y se reían mientras fumaban cigarros ofrecidos por el Virrey… el único que no fumaba cigarro –estaba fumando una pipa bien servida con un tabaco llamado “Black Ambrosia”- era el Mayor Estévez, que miraba a todos los demás con cara de “sospechosismo”.
Una vez que estuvieron listas, Pendencia se acomodó el estetoscopio y la Jim tomó el huevo 35, listas para seguir en el chisme. Pimentel pidió a todos que se sentaran y miró de nuevo al técnico al fondo de la sala, que bajó la pantalla y bajó las luces para continuar... Pimentel no se sentìa muy bien que digamos... se habìa refinado dos Gran Marnieres y -por cortesìa de una Pendencia muy atenta e insistente- se habìa metido una raciòn triple de helado de tequila, asì que se puso de pie, pero no tan derechito como antes y empezó ‘ahora, mis queridos colegas castrados… castrenses… os voy a explicar cómo es que los insurfendes van a independizar el movimiento comisionista… no, no… quise decir cómo los insurfedentes van a comenzar el movimiento independenciario… el momiviento independentista… el mov… eso’...
Los presentes se intercambiaron miradas de extrañeza porque una borrachera no era normal en un tipo tan saludable y defensor de la salud como Pimentel (que no fumaba y a la sazón era campeón latinoamericano de triatlón y estaba entrenando para el eco challenge de 1811, que se iba a hacer en Haití y que finalmente ganaría un equipo de pigmeos venidos del Congo)… Pimentel sentía que la habitación se movía un poco, pero siguió intentando guardar la compostura… ‘la idea es que estamos reluctando… reclutando contactos entre la plobación… población, que sabecemos… sabemos… que son personas que están de nuestro lado y que en apariecencia… en apariencia… al parecer tienen forma de inflirt… infiltres… infiltrarse en el grupo insurgenente para traernos informidad… información’.
Pendencia estaba desesperada intentando dictarle a la Jim que iba en el huevo 39 y que se veía muy despreocupada escribiendo el dictado… en algún momento Pendencia se desesperó, se quitó el estetoscopio de los oídos y le preguntó ‘¿entiende su mercé algo?’… la Jim la miró y le dijo ‘entiendo perfecto Sor… tengo todo anotado clarito’… ‘chingao’ dijo Pendencia ‘¿y cómo le hace?’… la Jim, muy orgullosa, le contestó ‘es que estuve haciendo prácticas un rato en un lugar ahí por San Cosme que se llama “Las 36 Fabulosas” y pues ahí todo el mundo está borracho antes de que abran pista para las chicas ¿ve?... si Vd. entiende lo que dice un tipo que lleva 3 litros de Bacachá en la panza, esto lo entiende porque lo entiende’… Pendencia pensaba “no, pos si como tener CV, lo tiene esta…”
El Mayor Estévez levantó una mano mientras decía ‘y dígame, Mi Capitán… ¿qué pretende reclutando a estos contactos?’… Pimentel –que se sentía un poco mejor pero aún mareado- le contestó como mejor pudo ‘pues que una vez que tengamos la informacición… la información… acabáremos organiciendo… organizando una serie de redondas… redadas… una serie de redadas para poder agarrar por lo menos a alguno de los insurgeferentes… de preferencia a esa mujer que llaman “La Corregidora”, que seguramente es una agitadera… agitadora... una ignorante cualquiera con prentensiones… pretensiones de líder sindical de maestros”******…
****** para que vea el lector que ya desde entonces las “agitadoras ignorantes cualquiera” pretendían ser líderes sindicales de maestros –n. del a.
Jim estaba escribiendo en el huevo 42 y se le estaba acabando el espacio ‘Sor’ dijo ‘me estoy quedando sin huevos’… Pendencia la miró con cara de horror y le dijo ‘pos… nomás dígame cuando se le acaben para que vea yo si me acuerdo de todo aluego’… siguió dictando y la Jim cada vez escribía con letra más pequeña, hasta que no hubo más huevos… ‘Sor… ash… ahora sí no hay más huevos’… Pendencia la miró con cara de resignación y pegó la mano con la campana del estetoscopio a la pared como si eso ayudara a que se le quedara algo en la cabeza… aunque al final sabía que se iba a perder de una parte muy importante, que era lo que Pimentel estaba planeando, es decir, se iba a perder la explicación exacta de cómo tenía pensado hacer las redadas.
Los de la reunión discutieron cerca de 20 minutos más, y dieron la misma por terminada. Se escuchó a Calleja decir ‘caballeros, el respeto a La Corona y la fidelidad al Rey Don Fernando VII están en juego… no defraudéis la confianza puesta en nosotros, guardad bien la información y procurad cooperar en todo lo que el Capitán Pimentel os requiera’ mirando a Estévez le dijo ‘Mayor (Estévez se puso “firmes” chocando los talones, siguiendo el ceremonial militar)… espero verlo por mi oficina mañana para revisar la minuta de la reunión que Vd. se lleva… y espero poder organizar un esfuerzo conjunto entre Vd. y el Capitán Pimentel’ Estévez respondió ‘a primera hora, Mi General’… Calleja miró a todos, se despidió y salió detrás del Paje y seguido por Pimentel, que no podía caminar derecho por más que lo intentaba.
Los demás se levantaron, recogieron sus sacos y sus capas, se despidieron unos de otros y salieron. Sólo se quedó Estévez ordenando sus papeles. Al final salió, miró hacia las escaleras primero y miró hacia donde estaba el carrito despuès. De un bolsillo interior de su capa sacó con mucho cuidado un rollo negro de un papel muy extraño que Pendencia no había visto nunca y la llamó ‘¿Sor Pendencia?’... ella se levantó y fue hasta donde él estaba … algo se le hacía familiar… como que había visto –o escuchado- a Estévez en algún lado antes, pero como que “con menos algo”… ‘dígame Mi Mayor’, ¿en qué puedo serviros?’... él se acercó y en voz baja le dijo ‘es que tengo que deshacerme de esto, pero quería dároslo y al mismo tiempo deciros que a veces las cosas no son lo que parecen… tened cuidado de no manchar vuestro delantal, que es toda una obra de arte’… Pendencia tomó el rollo y se fijó que le manchaba las manos de negro ‘¿qué es esto?’ preguntó… él contestó ‘le repito… tengo que deshacerme de él, pero os lo doy porque seguro vos podéis darle un muy buen uso’… ahora tengo que irme, pero no sin antes felicitaros por vuestra excelente cocina y por una gran cena’… se encaminó hacia las escaleras y antes de bajar el primer escalón giró, la miró con cara divertida y le dijo con una voz distinta ‘y cuídate mucho, hija’
Pendencia se quedó ahí con el rollo en las manos mientras iba sintiendo la furia hervir en su estómago y pensaba “chingao, chingao y chingao… ya decía yo que lo había visto antes al jijo de la llorona éste… y es la segunda que me hace… con lo que me rechoca que me vean la cara de turista”… la Jim se acercó y le dijo ‘Sor… ¿nos vamos ya?... es que tengo que avisarle a los de la puerta para que nos ayuden a bajar el carrito’… ‘sí pues… agarre y vaya a avisarles y yo aquí la espero a su mercé’… la Jim bajó las escaleras mientras Pendencia se ponía todavía más enojada… seguía pensando…
“Pinche Vicente Nario… ora resulta que hasta le haces al disfraz… nomás que te vea te voy a dejar peor que una chamarra tamaulipeca… me cais verdaderamente muy reteremal’…
CONTINUARÁ

lunes, enero 24

La India Pendencia parte XII. El inicio del chisme.

Pendencia y la Jim se quedaron a terminar los preparativos para la reunión. En algún momento subieron el Jefe Estradiotes de Palacio (con quien Pendencia había hablado para que las dejara entrar al palacio más temprano) y el agregado militar de Niassilandia*, que estaba de misión para intercambiar información sobre cómo es que se organizaban esta clase de reuniones con personajes de alto nivel y gran relevancia para la seguridad nacional…

*Niassilandia era una región del sur de África que luego sería Rhodesia. Rodhesia es el nombre que se le dio originalmente a los territorios africanos que hoy son Zambia y Zimbabwe , en honor a Sir Cecil Rhodes, que los conquistó y colonizó para la corona Británica –n. del a.

Al ver el carrito y los arreglos, el agregado militar de Niassilandia puso cara de antojo, e intentó mover el dosificador de helado. Al verlo el  Jefe de Seguridad le dijo en inglés ‘Mi Teniente, yo que vos mejor dejaba eso por la paz hasta que me den permiso de tocarlo, porque la dueña de éste artilugio tiene un carácter… digamos… algo áspero’… el agregado militar dejó el dosificador justo cuando Pendencia venía saliendo del salón, y miró al Jefe de Seguridad  ‘¿cómo le va a su uniformada mercé?... ¿y quién es este?’ el Jefe de Seguridad la miró con cara de reprobación y contestó ‘”éste” es el agregado militar de Niassilandia que está en visita técnica, y se preguntaba si vos le regalaríais un poco de helado que se ve tan bueno’…

Pendencia sintió la bilis subir, pero como había que evitar las sospechas sonrió, tomó el dosificador y preguntó ‘¿de qué lo quiere su seria mercé?... hay de fresa, vainilla, caramelo, chocolate negro y tequila’… el agregado puso cara de no entender, y el Jefe de Seguridad –conocedor de la potencia del helado- dijo con una sonrisa de complicidad ‘pues… servidle uno de tequila para que pruebe algo bueno’… Pendencia sirvió dos bolas grandes de helado en una taza y se la dio al agregado con una cucharita y una servilleta. Él probó y sonrió… y ella se quedó mirándolo pensando “ora sí vas a ver… ese helado tiene casi 20% de tequila… me va a extrañecer si llegas a la tarde sin dormirte… me cais remal…”

El tiempo volaba y Pendencia y la Jim andaban en “alta velocidad” preparando lo restante. Pendencia contó y limpió las cáscaras de los 45 huevos, y para no perder el orden le escribió un numerito a cada uno en la parte más ancha con un lápiz, y luego los regresó al cartón en ese orden. La Jim se puso a terminar el arreglo de la mesa que –por cierto- quedó primorosa… era un arreglo elegante y discreto, con unos cisnes hechos con las servilletas. La Jim completó el asunto con unos adornos de chocolate en forma de maguey, uno negro y uno blanco en cada plato. Pendencia miró el arreglo y le dijo ‘a ver, aperciba su competente mercé… luego me tiene que enseñar a hacer figuras con las servilletas, y al Paje me le enseña también porque me cain remal sus arreglos que hace… nomás las dobla y se ven repinches, así que cuando acabemos va Vd. y le enseña, y para que no diga, tiene su mercé mi permiso para ponerle en su madre si se resiste’.

Un rato después –cuando Pendencia estaba marcando el último huevo- subía por la escalera un soldado alto y muy elegante vestido totalmente de negro. Llevaba un quepis negro, una casaca negra con botonadura dorada en pechera y puños, charreteras negras bordeadas en oro con una barra dorada, un cordón de mando también dorado y vivos negros de satín y popotillo en las mangas. Bajo la casaca llevaba una camisa blanca de cuello Mao cerrada con un alfiler con el escudo del ejército realista. Usaba pantalones de montar negros con vivos de satín negro, y unas botas de montar a la rodilla perfectamente lustradas, con espuelas de ordenanza doradas en los talones y tapas en los tacones que hacían “tip-tap” mientras se acercaba.

Caminó por el pasillo, se detuvo frente a Pendencia, miró el huevo  –que ella todavía tenía en las manos- la miró a la cara (es decir hacia abajo, porque ella le llegaba a los hombros) se cuadró chocando los talones y preguntó ‘¿Sor Pendencia?’ ella contestó mirando hacia arriba ‘dígame nomás su oscurecida mercé’… ‘soy el Capitán Torcuato Pimentel, asistente personal y jefe de seguridad del General Don Félix María Calleja, General Brigadier y Comandante en Jefe del Ejército Realista y vengo en visita de inspección, con lo que os solicito vuestra venia para inspeccionar’… Pendencia lo miró de arriba abajo y sin más le contestó ‘inpeccionad pues’… él se dio media vuelta y caminó hacia el salón mientras Pendencia lo miraba divertida y pensaba “sí cómo no… la neta es que a mí, si tienes que inspeccionarte las almorranas me da exactamente lo mismo… catrín este”.

Pendencia se dio la vuelta para empezar a sacar del carrito los tupper con las salsas y los rellenos, pero casi choca con la Jim que estaba mirando al soldado con la boca abierta y ojos de borrego a punto de ser sacrificado… y lentamente levantó el brazo para cerrarle la boca. La Jim pestañeó como si la hubieran despertado y dijo ‘¿no está buenísimo?... a mí que me inspeccione lo que quiera… ¡sorrajo!’… Pendencia le preguntó ‘¿dice Vd. buenísimo el relleno de mole o el helado de chocolate?... a ver si su mercé se baja del guayabo y deja de hacerse taruga… nomás le falta su charquito de babas… ora… quite la cara de idiota manque le cueste trabajo y ayúdeme a poner esto como va y cuidadito, porque le voy con el chisme a su Briaguis aunque la gente chismosa me caiga remal’… la Jim la miró con cara de “ja ja… ash… qué divertida” y se puso a ordenar los rellenos.

El soldado salió del salón diciendo ‘habéis hecho un excelente trabajo… el arreglo de la mesa se ve primoroso’ la Jim sin perder tiempo le dijo ‘lo diseñé y lo monté yo misma… ¿cómo la veis?’… el soldado la miró de lo más serio y le dijo ‘os felicito… estas cosas solamente puede hacerlas alguien de gusto refinado y mucho sentido estético’… la Jim estaba a punto de desmayarse pero Pendencia la agarró de la filipina y le preguntó al soldado ‘y decidme, mi teniente… ¿buscabais algo en especial?’… él dijo ‘ciertamente no… solamente me aseguraba de que todo estuviera dispuesto de forma que Mi General no esté expuesto a ningún peligro, y verificaba también la existencia de medios clandestinos de escucha’… ‘¿medios campesinos?... ¿qué son ésos?’ preguntó Pendencia… el soldado contuvo la risa con dificultades y le dijo ‘no, Sor Pendencia… “clandestinos”… revisé la sala en busca de algún aparato escondido que pudiera servir a algún espía para escuchar lo que se diga’… Pendencia lo miró fingiendo indignación ‘pero… ¿habrá alguien tan osado y malandrín como para hacer semejante maniobra?’… el soldado suspiró y contestó ‘¡por supuesto!... hay enemigos de la Corona que pagarían mucho dinero por obtener información de ésta reunión’… Pendencia puso más cara de indignada, se santiguó y le dijo ‘ampáreme Jesucristo Superstar… Dios no lo quiera… espías… ¡qué barbaridad!... espero no habréis encontrado ninguno de esos aparatos’… ‘no’ respondió él categórico ‘la sala está limpia y es segura’.

Pendencia le dedicó una especie de sonrisa y le dijo ‘os agradecemos el cumplido a la mesa y la enseñanza, mi Capitán… ahora si nos disculpáis, tenemos mucho que hacer aún’… él se cuadró de nuevo chocando los talones ‘comprendo… os agradezco la atención, y con vuestra venia, me retiro’. Dio media vuelta y se dirigió a las escaleras taconeando mientras Pendencia pensaba “chingao… ahora resulta que unos pagarían mucho dinero… y pinche Corregidora, a mí me mandó de gratis… qué poca madre… me cai reteremal… pero la he de tener a la mano, y entonces sí van a volar pedazos de “endevidua” en varias direcciones, así tenga que corretiarla dos días pa pepenarla… se ha de cansar de correr la maldita”…

El Capitán se detuvo de pronto y volteó a mirar a Pendencia… ‘Madre’ le dijo ‘no es que quiera entrometerme pero… ¿para qué le ponéis un número al huevo?’… la pregunta agarró a Pendencia distraída en sus elucubraciones y tuvo que improvisar de nuevo ‘¿un número a los huevos’… esteee… pues… es una técnica de inventario… así sé cuántos huevos tengo y cuántos uso… vos sabéis que en estos tiempos que corren reducir gastos es fundamental, y si tengo los huevos numerados me es más fácil controlar cuántos se consumen y así determinar los costos de operación al centavo’… el Capitán Pimentel la miró con cara seria y le dijo ‘inventario ¿eh?... muy bien… controladlos bien, que Dios sabe que la Corona no está para gastar en huevos’… Pendencia pensó “pos no… y justamente por eso estamos como estamos, me lleva el tranvía”… y sonriendo le dijo ‘lo haré de mil amores, no os preocupéis’… el Capitán se cuadró de nuevo y dando media vuelta se fue.

Finalmente apareció el Virrey, que fue a saludar a Pendencia ‘Hermana Pendencia, os véis magnífica con ese delantal… una obra de arte’… Pendencia le dijo ‘gracias su Eminencia… fue un regalo de mi Ahezi… mi madre, quien lo bordó con sus propias manos’… el Virrey miró de nuevo el delantal y le dijo ‘hacendosa vuestra madre ¿no?... debería vender cosas como ésa y haría buen dinero’… Pendencia sonrió mientras pensaba “claro, ojete jijo de la bella durmiente… ¿porqué no pones a tu Sacrosanta Madrecita a que venda torrijas con canela en un puesto afuera del Palacio Real de España?... me cais remal”… Acompañó al Virrey a revisar la mesa y el servicio. El quedó muy complacido con toda la idea, les confirmó a Pendencia y a la Jim que todos llegarían en puntuales, y les pidió que estuvieran listas ‘y ante todo’ dijo ‘mucha discreción y nada de hablar mientras servís… esta es una reunión de alto nivel y se tratará información importante, con lo que procurad ingresar en la sala lo menos posible’… ‘no os preocupéis Su Eminencia… estaremos listas’. El Virrey se fue y ellas se quedaron solas. Encendieron el carrito para tener todo caliente y se quedaron a esperar la llegada de los participantes de la reunión.

De pronto Pendencia sintió que el estetoscopio se resbalaba de su cuello y se movía hacia abajo por su brazo… y empezó a mover el cuello, los hombros y el brazo como si fuera pájaro dodo caminando para evitar que el diafragma se saliera por su manga… la Jim la miró con cara de extrañamiento y le preguntó ‘¿qué pasa Sor Pendencia?... se mueve Vd. como si le estuvieran dando calambres en el asterisco’… Pendencia la miró con ojos de asesina y le dijo ‘calambres en el asterisco tiene su chismosa mercé y su santa madrecita… lo que pasa es que así me relajo yo antes de servir’… sin embargo, como no podía subir el estetoscopio siguió haciendo contorsiones hasta que sintió que se le caía y se quedaba atorado en su barriga, detenido por el delantal que estaba ajustado en la cintura… “chingao” pensó “ora sí estoy metida en un entuerto… ¿cómo chingados me voy a quitar todo aquí para ponerme el es-trep-colos-copio otra vez?... chingao, chingao y chingao… voy a tener que ir al baño o algo porque además sí parece que tengo calambres no nomás en el asterisco sino en otras partes que no quiero ni recordar… me caigo remal por taruga”… miró a la Jim que seguía viéndola con extrañeza y le dijo ‘aperciba su almidonada mercé… voy al tocador y orita enregreso… déme nomás tres minutos…. si llegan estos monos usté nomás les sonríe y ya estuvo, me cai’…

Y se fue volando al “baño”… en esos entonces, los baños no eran lo que hoy… eran letrinas ubicadas fuera de los edificios a las que había que ir dispuesto a todo. Pendencia bajó las escaleras y fue al patio trasero en donde encontró la letrina, que estaba cerrada y tenía puesto el pasador en rojo, indicando que estaba ocupada… sin más tocó la puerta mientras decía ‘ora quien sea que esté adentro… tengo diarrea fulminante y si no sale y me da chance le dejo todo sucio aquí afuera y luego cuando salga pos va a tener que pasar encima de… pos de… pos… bueno… voy a dejar todo sucio me cai’… de inmediato se escuchó que dentro una voz masculina contestaba ‘rediez… Sor… que si su urgencia es tanta, ahora mismo salgo… dadme 30 segundos, y aguantad la vara que ponerse estos pantalones modernos con tantos botones toma algo de tiempo y requiere habilidad, joer… ya voy’…

Pendencia pensó “carajo… quien sea me conoce… ya valió madres”… pero se quedó ahí esperando hasta que de la letrina salió el mismímio Virrey con cara de relajación y preocupación a la vez preguntando ‘pero Sor… ¿estáis indispuesta?’…Pendencia tuvo que improvisar… ‘pues un poco, su excelencia… figuraos que ayer cenamos comida rusa en la cocina y la verdad me pasé con las garnachoff*… ¿qué os digo, su excelencia?... digamos que traigo floja la pomada’… y luego con cara de retortijón ‘pero os ruego que me permitás entrar, que si no va a suceder algo terrible’… ‘sí sí’ contestó el Virrey… ‘proceded y daos vuelo… yo me voy mientras tanto, que los participantes no tardan en llegar’… dicho esto, el Virrey se dio media vuelta y se fue tan campante, mientras Pendencia entró a la letrina diciendo (para que se escuchara que estaba “mala”): ‘ay mi madre y yo tan lejos… mi estómago tan mal y mis cocineros tan pendejos… ¿qué será de mí?’

*las garnachoff son antojitos rusos compuestos de gordevich de chicharroneff con salsevsky verdeff, cebollovich picadovsky, cremoff y quesovsky ralladoff –n. del a.

Dentro de la letrina, Pendencia se quitó el delantal y el hábito y se acomodó el estetoscopio otra vez, asegurándose de que se quedara en su lugar atorándolo con uno de los pasadores que usaba con el hábito en la camisola que llevaba debajo “chingao” pensó… “lo que daría ahora mismo por un wonderbra para atorar bien esta madre”… Una vez que el estetoscopio quedó fijo y convenientemente acomodado, Pendencia salió de la letrina y fue de regreso al salón, en donde la Jim estaba terminando de calentar las salsas. ‘¿qué pues?’ preguntó Pendencia ‘nada’ le dijo la Jim ‘llegaron ya algunos señores y saludaron todos muy monos, pero faltan algunos… ¿está Vd. bien Sor?... me dijo el Virrey que la vió yendo a la letrina en chinga’… ‘sí estoy bien… lo que pasa es que de pronto sentí como cavernas en el estógamo y pos tuve que ir a deshacerme de lo que el cuerpo no necesita... ya ví que tiene todo acomodadito su mercé, así que ya nomás déjeme sacar los huevos y ponerlos en un lugar separado de lo demás para que no estorben’. Pendencia sacó los 45 huevos duros y su “tinta de alumbre” y los puso en una canasta en la charola de hasta abajo del carrito.

Llegaron 5 personajes vestidos de soldados (con muchas estrellas en los hombros y mucha pompa y circunstancia),, saludaron y entraron a la sala. Detrás de ellos vino el Peter, el Oficial de Protocolo, que preguntó ‘¿no ha llegado el general Calleja?’… Pendencia le dijo ‘no manchéis, vuestra merced… ¿cómo me preguntáis eso si la menos adecuada para deciros algo soy yo?... no tengo ni la màs papalotera idea de a quién estamos esperando’… ‘una gran verdad habèis dicho’ dijo él ‘tenéis razón… el General es el más importante de la reunión y confirmó que llegaría algo retrasado… para que sepáis quién es, llegará vestido de gala y con una capa azul’.

‘No digáis más ni os preocupéis, que nada más llegar el Sr. General haremos las reverencias de rigor’. El Peter entró a la sala para verificar que todos los demás asistentes estaban dentro, y comprobó con gusto que ya varios le estaban entrando a los chocolates que habían dejado Jim y Pendencia en cada plato junto con el arreglo, al tiempo que se deshacían en elogios sobre el buen gusto puesto para todo. Salió y muy contento le dijo a Pendencia ‘Sor Pendencia, he de felicitaros por el arreglo… todos los asistentes están encantados con la disposición de cada cubierto y han dicho que esto es del mismo nivel que el Palacio Real en España… enhorabuena a vos y a vuestra asistente… ahora me voy, que tengo que verificar que las letrinas están limpias por si acaso’.

Dicho esto se fue y cuando acababa de desaparecer por la escalera se vió subir al Paje que venía vestido de gran gala, muy elegante con una casaca azul de manga larga abotonada al cuello, una cinta roja cruzando el pecho, pantalones a la rodilla blancos, medias blancas y zapatillas negras de satín. Llevaba una boina negra con una pluma morada y guantes blancos, y traía el bastón de anuncios en la mano izquierda. Pasó a un lado del pasillo del carrito y sonrió y saludó con la mano a Pendencia, que se aseguró de que el Paje no la miraba, se puso las olivas del estetoscopio en los oídos, y pegó la mano derecha (con el diafragma del estetoscopio) contra la pared... El Paje miró hacia la escalera como esperando algo, y en un momento dado abrió las puertas de la sala y pegó dos bastonazos en el piso de madera… Pendencia arrugó la cara cuando los bastonazos le resonaron en los oídos como cañonazos, y poco faltó para que fuera a destazar al Paje cuando dijo con voz fuerte ‘¡Ah de la sala!... ¡Recibid a su excelencia el General Don Félix María Calleja, General Brigadier y Comandante en Jefe del Ejército Realista, por la gracia de Dios y a las órdenes de Su Alteza el Rey Don Fernando VII’.

En ese momento llegaba a la entrada del salón un hombre alto vestido con el mismo uniforme que el Capitan Pimentel (que venía detrás y a la derecha de él), pero con más vivos, una espada guardada en una funda forrada de piel negra con motivos dorados colgada del cinto, un sombrero ancho negro y una capa azul del mismo color que la casaca del Paje. El General se detuvo ante la puerta, esperó a que el asistente se adelantara y se colocara en posición de saludo, y entonces entró a la sala… Pendencia casi se queda sorda con el escándalo que escuchó cuando todos los militares presentes taconearon para ponerse en “firmes", pero aguantó y se mantuvo con la mano pegada contra la pared.  

El General saludó, el Capitán Pimentel dijo “descanso” y todo el mundo se quedó de pie en su lugar. Don Félix entró, se acercó al Virrey y lo saludó de mano diciendo ‘muy buenas noches, Su Excelencia… os agradezco la deferencia de permitirnos utilizar esta sala para la realización de esta reunión… la neta es que el club de oficiales ya me tiene algo aburrido porque entre otras cosas ahí no pasan el “monday night football” y no tienen el canal de la UEFA, que vos sí que tenéis’… el virrey le contestó ‘caramba, Mi General… si es por eso contad con la sala cuando queráis… no tenéis más que avisarme para mandaros poner la pantalla de LED con el 5.1 que acabamos de adquirir para la sala de proyecciones de Palacio… se oye de un lindo que no veáis’… ‘os lo agradezco de verdad, y quizás os tome la palabra para el próximo súper tazón’… ‘estaremos encantados de recibiros’ contestó el Virrey… Don Félix se volvió hacia el resto de los asistentes y dijo ‘buenas las tengáis… os agradezco la espera… debéis saber que he llegado retrasado debido a que me distrajeron algunos asuntos administrativos de importancia’… Pendencia escuchaba y al oír eso último pensó “ajá cómo no… segurito la cosa era que le estabas tomando las medidas a tu asunto administrativo de importancia, jijo de santoclos y los reyes magos”… pero se quedó concentrada en seguir escuchando.

Los asistentes contestaron un poco en bola el clásico “no hay problema, Sr. General”, y esperaron a que él se sentara al mismo tiempo que el Virrey para sentarse ellos. Pendencia escuchó el arrastrar de las sillas y el acomodarse de los señores en sus asientos, y después una voz –la de Calleja- que decía ‘pues como sabéis estamos reunidos aquí para hablar sobre la última inteligencia recogida y algo incómoda sobre la situación de un grupito que quiere organizar una revuelta parecida al 21-12, que me parece nos va a traer algún que otro dolor de cabeza… Capitán Pimentel, por favor’.

El Capitán Pimentel se puso de pie y miró hacia un técnico que estaba en el fondo de la sala asintiendo con la cabeza… las luces de la sala se atenuaron al tiempo que una pantalla bajaba en la pared frontal, y se proyectaba en ella una transparencia con las  imágenes del Escudo Real Español, el Escudo Virreinal, el Escudo del Ejército Realista y un título: “Reporte de Seguridad 20041810 / Caso Querétaro”… en la parte inferior derecha de la transparencia podía leerse con letras chicas “powered by Repsol”.

El Capitán se aclaró la garganta y empezó su exposición ‘Caballeros, voy a hablaros de la última información que nos ha llegado de que un grupo de insurgentes está queriendo hacer revuelta en Querétaro… en las siguientes transparencias veréis que estos no son más que un grupo bastante desorganizado que no tiene pies ni cabeza, y que no está logísticamente preparado para soportar una revuelta. Al final os explicaré con detalle –y con el permiso de Mi General- cómo es que planeamos primero neutralizarles y luego acabar con ellos… luego es de mi conocimiento que el Virrey nos ofrecerá una de esas famosas cenas que su cocina tiene siempre a punto’.

Pendencia estaba intentando escribir en el huevo número 1 pensando “desorganizada su jefa y sus tías de usté, mi Capitán… ora va a ver cómo le mando recado a La Josefa para que venga a pegarle 2 soplamocos... ¡en Querétaro, dice!... no tiene ni idea su mercé... es Dolores Hidalgo de donde te va a caer la maldicion de la Llorona, ya veras”… pero no podía escribir porque tenía que pegar el estetoscopio a la pared y cada vez que lo intentaba dejaba de escuchar… y cada vez estaba más frustrada… “me lleva la chingada” pensaba “ya decía yo que no podía ser tan fácil… ¿a quién chingados se le ocurre querer tener el es-prec-tos-colopio pegado a la pared y escribir en un huevo?... pos nomás a ti Pendencia… chingao, chingao y chingao… ¿ora cómo hago para apuntar todo sin que me agarren en la movida por andar manipulando los huevos?”... levantó la vista y se fijó que la Jim la estaba mirando con cara de mucha extrañeza… miró a la Jim a los ojos y le dijo ‘a ver… aperciba su mirona mercé… usté agarra los huevos en el orden que están numerados y yo le dicto y usté escribe con esta tinta de aquí’… la Jim miró la tinta y le preguntó ‘¿osea que tengo que escribir en los huevos?’… ‘sí’ le dijo Pendencia ‘escríbale y luego le explico’… ‘pero eso que está Vd. haciendo no se ve muy bien que digamos, Sor’ le dijo la Jim… Pendencia contestó ‘pos si está bien o no a usté le vale madres ¿no?... ¿qué daño hago escuchando detrás de una “pader”… es que Vd. no lo sabe, pero yo trabajo para Reuters de “incópnico”?’… la Jim sonrió y le dijo ‘noooo… ash… se dice “incógnito”, y me refiero a que no se ha fijado, pero está Vd. sentada en los tupper de los rellenos, y si alguien la ve va a decir que tiene el trasero puesto en la comida… lo otro pues… está bien… es como las aventuras de Jack Bauer ¿no?... Vd. me dicta y yo escribo y luego le vamos con el chisme a alguien… me late’.

Pendencia la miró pensando “le gusta Jack Bauer… se me hace que no me va a caer tan remal después de todo”… ‘pos ora’ le dijo a la Jim... ‘váyale apuntando pero no me desordene los huevos porque si no luego no voy a entender… ahí le voy’…

CONTINUARÁ