El regreso a la habitación de Pendencia fue un poco menos complicado. Al parecer Chente se sabía algunos pasillos que Pendencia no conocía y fue más fácil entrar de lo que ella se imaginaba… una puerta en el lado de los jardines que no dio trabajos, una carrerita hasta la fuente del centro, luego otra carrerita hasta uno de los pasillos en donde encontraron durmiendo al soldado que Pendencia había visto al salir, y que terminó de cabeza en la fuente de los jardines -seca para mantenimiento- con todo y mosquete. Después subieron por la escalera hasta el primer piso en donde ya nada más fue cosa de caminar con cuidado.
La gran mayoría del personal estaba en el salón de fiestas… hasta los jardines se escuchaba “Stairway to heaven” de Led Zeppelin bastante fuerte, osea que tampoco era que hacer algo de ruido fuera peligroso, así que pudieron subir sin preocuparse demasiado. Cuando Pendencia le preguntó por qué conocía tan bien el Palacio Chente contestó que “tenía inteligencia de muy buena calidad”, y Pendencia –que no entendió- se quedó pensando ‘¿querrá decir este que soy pendeja?’…
Al dar la vuelta al pasillo para llegar a su habitacón Chente le dijo ‘ya estamos Sor… estuvo fácil ¿no?... ya me voy… cuídese y nos vemos luego’… y desapareció dando la vuelta a la esquina del pasillo. Pendencia entró a su habitación, sacó la caja y guardó el equipo de espía, se quitó el traje de lykra y las zapatillas, se deshizo las trenzas y se metió en la tina con una taza de chocolate caliente mientras escuchaba un CD de música “Chill Out” bajito.
La paloma mensajera seguía en la ventana muy tranquila, y miraba a Pendencia en la tina… ‘me cai que ésta sabe algo y no me lo quiere decir’ pensó… la paloma hizo “currú” una vez y dejó de mirarla para meterse a dormir en un “nido” hecho por Pendencia con una cobija y unas toallas en el mero alféizar… como el clima esa noche estaba bien, la ventana seguía abierta y Pendencia se quedó un rato en la tina escuchando los grillos que criaban muy propios fuera, en la calle. Media hora después salió de la tina, se metió en un camisón, se puso un poco de aceite de aromaterapia “anti-stress” de Swiss Just ® en la nuca, en las sienes y debajo de la nariz, se metió a su cama y se quedó dormida.
A las 03:00 AM la despertó un ruido fuera de su habitación… como si hubieran tirado un mueble al piso… se puso una bata sobre el camisón y salió al pasillo… era el Paje que se había caído frente a su puerta… ‘a ver su distinguida mercé… ¿qué chingados está haciendo aquí?’ le preguntó… pero el Paje estaba tan ebrio que su contestación fué algo así como ‘sorecitapendencitalindaaa’… ‘lfiestastubochidaaa’… ‘est’moschupichupeeeee’… ‘peroraesquieroirmiabitasioóóónnnynoancuentroooo’… ‘ah, su mercé tan bestia… ¿se tomó el mezcal o se bañó con él?’… Pendencia lo ayudó a ponerse en pie –bueno… casi lo levantó a puro músculo- y le echó una mano para llegar a su habitación, que estaba dando la vuelta en el pasillo por el que había llegado hacía algunas horas con Chente.
Lo metió a la habitación y lo estaba ayudando a sentarse en la cama cuando el Paje empezó a decir algo como ‘sesquetengirbañoooo… tengirbañooo… comi’chosvolvanesymsientomaaaal’… y mientras decía la “a” y aprovechando, vomitó “volovanes al mezcal” justamente sobre la bata y el camisón de Pendencia… en otras circunstancias eso le hubiera supuesto al Paje una muerte violenta y dolorosa, pero ateniéndose a las circunstancias Pendencia sólo le dijo ‘aperciba en serio, su indigesta mercé… mañana en cuanto lo vea agárrese, porque madre le va a faltar para que se la rompa, y ora sí en serio el prolotolo… el progocolo… esa madre no lo va a salvar, se lo juro’...
Dejó al Paje en su cama y regresó a su habitación a bañarse de nuevo. Se puso otro camisón y se volvió a meter en su cama para dormir otro rato, y a las 05:15 estaba lista para bajar a la cocina pero en vez de eso, mandó que Mireya Pec le subiera una olla de hacer carnitas con un cucharón de madera de los grandes. Bajita como era, la pobre Mireya -que básicamente podía bañarse en la olla y podía usar el cucharón de remo- tuvo que sudar la gota gorda para llevar ambas cosas a la habitación de Pendencia, que cuando la vió llegar le dijo ‘ora acompáñeme’….
Llegaron a la puerta de la habitación del Paje que roncaba tan fuerte que se escuchaba en el pasillo, entraron, pusieron la olla sobre la cama, y luego Pendencia tomó el cucharón y la pegó a la olla cuatro cucharazos mientras gritaba ‘¡ora jijos de la reforma agraria… a las armas, por Fernando y por España!’… el Paje pegó un salto que casi se pega en el techo de susto mientras gritaba ‘¡no por favor… el castigo de la fuente no!’… luego se cayó al piso y Pendencia le dijo ‘para que aprenda su cruda mercé a no tomarse todo el bar Vd. solo, y se lo advierto de nuevo: vuélvame a guacarecer y le juro que en lugar de a la olla le pego los cucharazos a usté hasta que le quede la cabeza como zapote pisoteado… ora vístase en chinga porque tiene desayuno de progocolo… de protogogo… de esa madre a las 07:00 y si no llega no hay quien anuncie… y olvídese de chilaquiles, porque ora nomás le va a tocar agua sola hasta la hora de la comida para que se le quite lo briagadales’… miró a Mireya y le dijo ‘y usté deje de reírse ayúdeme a bajar esto a la cocina rapidito, o la pongo a pelar pulpos fríos a mano... ora… tendida como bandida que hay harto que hacer’…
Dejaron al Paje vistiéndose como pudo y llegaron a la cocina justo a tiempo para terminar de organizar el desayuno de protocolo para una delegación venida de Portugal. Pendencia estaba decorando la fuente de frijoles refritos con tiras de queso fresco y ramitos de perejil chino y Mireya le ponía a la crema unas flores de jitomate para que se viera linda cuando vino uno de los mozos de la caballeriza ‘Sor Pendencia, la buscan allá afuera de Liverpool, que dizque le traen un carrito para hacer quien sabe qué… ‘chingao’ dijo ella… ‘¿no podían venir más tarde?... a ver… dígales que orita voy’… terminó de decorar los frijoles, dejó a Mireya a cargo de la crema con instrucciones claras ‘nomás se va fea la crema y verá’… y salió a la calle.
Estacionada junto a la banqueta había una carreta de Liverpool pintada de rosa de donde se bajó un muchacho vestido todo de beige que le preguntó ‘¿la hermana Pendencia?’… ‘sí, soy yo mera’... ‘buenos días… me complace estar aquí para hacerle entrega de un carrito de última generación para’… ‘mire su trabajadora mercé’ lo interrumpió Pendencia ‘tengo harto trabajo así que cierre el hocico, déjeme el carrito y sáquese de aquí ora mismo’… el muchacho bajó el carrito -que traía varias cajas dentro- y preguntó ‘¿dónde se lo pongo’?... ‘a ver su poco instruida mercé’ le contestaron… ni modo que lo ponga Vd. en la capilla… si es para cocinar pos métalo a la cocina ¿o se le ocurre otro lugar?’… Pendencia lo siguió, sacó un peso del dinero de los mandados y se lo dio de propina al muchacho… ‘ándele su ocupada mercé… sáquese de aquí’…
Una vez que estuvo de regreso en la cocina, Pendencia encontró a Briagoberto (el pinche que había recibido dos mamporros por cortar mal los volovanes) mirando el carrito con una pala de madera en la mano y cara de idiota, como si estuviera viendo una litografía de Josefina (aka Mrs. Bonaparte) en paños menores… ‘¿y qué coño ve su mercé que hasta la baba se le cae?... Briagoberto contestó ‘es que… es un carrito de última generación para preparar crêpes… y yo siempre quise tener uno’… ‘¿no me diga?... ¿y qué hace la madre esta que le resulta tan mona?’…
Él la miró con cara de “qué poco sabes, reina” y le explicó…‘es que es una chulería… mire… planchas y tubería de acero inoxidable, calentador vitrocerámico, hornilla de gas natural y encendedor electrónico para flamear, sartén de teflón con mango ergonómico y térmicamente aislado, medidores para el licor, cucharas premarcadas, palas antiadherentes, tanque presurizado para los rellenos, batidor globo motorizado para airear la masa y dispensador pre-dosificado para bolas de helado de diferentes diámetros (si el comensal opta por helado), trinches para las cerezas y los decorados… carajo… si hasta tiene una cámara inferior calefactada para los platos… esto es ingeniería y no chingaderas’…
Pendencia escuchaba todo eso cada vez más sorprendida y le preguntó ‘¿pero su lela mercé sabe usar la chingadera esta?… ‘sí… aprendí en la escuela de cocina del “Café du Paris”… ahí estudió el ratón que salía en “Ratatouille”’… ‘ire nomás de lo que se viene enterando una… pos agárrese porque me va a enseñar a mí y cuidadito con que no aprenda yo bien, porque hago crepesusé con su cara, ya verá’... él estaba tan fascinado con el carrito que sin pensar en las consecuencias le dijo ‘la voy a hacer una experta, como que me llamo Briagoberto Godínez du la Minorie… ‘¿du la qué?’… ‘du la Minorie… es que mi mamá es francesa… ¿cómo cree que estudié cocina en europa si no?’… ‘pos por mí como si su mamá lava ajeno y Vd. estudió en las torterías del metro el rosario… ora… váyase a trabajar y luego le aviso’…
El día transcurrió en lo de siempre… regañar al personal para que se apurara, golpear a los proveedores que traían cosas malas, insultar al jefe de guardia para que dejara entrar a otros proveedores, tomar té de boldo, esquivar al Paje –que andaba por instrumentos con una cruda olímpica- para que no le tirara cosas encima, ver “24” a media tarde, comprobar el sistema de navegación de la paloma, leerse otra vez los códigos secretos –en absoluto silencio- y aprovechando, escribirle una carta a sus padres (la carta original en Mazahua se conserva en el Archivo General de la Nación… esta es una traducción libre al español)
“Queridos xin-Yhare y xin-Ahezi,
Espero que ambos dos juntos a la par estén bien.
Les escribo para contarles que sigo en la suidá capital en el Palacio del Virrey cocinando para una bola de gentes que me cain remal… Excepto Mireya –la que les conté que hace un venado yucateco chingón- mi personal también me cai remal porque son más lentos que la erosión.
Tengo unos proveedores regueyes que me cain remal por trácalas. Lidio a diario con un piquete de soldados que cada vez me cain más remal por prepotentes gandallas. Y para acabarla de chingar me acaban de decir que –a petición del de hacienda, que por supuesto que me cai remal por cobrón- a ver si puedo organizar unas clases de cocina para las esposas de los del gabinete del Virrey, que –adivinaron- me cain muy más remal… es más… esas me caen peor que muy más remal porque son como ladillas con espuelas, pero a diferencia de las ladillas, estas viejas locas además hablan y todo el día dicen purititas pendejadas…
‘Ai luego les escribo otra vez y les cuento más cosas.
Los quiere,
Pendencia.
PD: Ustedes dos no me cain remal”.
“Yhare” significa “sol” y “Ahezi” significa “cielo” en Mazahua, lengua materna de Pendencia -muy próxima al idioma Otomí- que se habla aún hoy en buena parte del centro del País (especialmente en la zona noroeste de lo que hoy es el Estado de México). Pendencia contó algunos años más tarde en entrevista al “Chicago Tribune” que así llamaba a sus padres de cariño… “sol” a Don Espiridión y “cielo” a Doña Eufrosina. El posesivo indefinido “xin” (mío, mi, mis, nuestros, etc.) indica que les llamaba cariosamente “mi sol” y “mi cielo” –n. del a.
Luego de terminar la carta y de dejársela al mandadero para que la pusiera en el correo, bajó a la cocina y pidió que buscaran a Briagoberto mientras revisaba el carrito… prefirió esperar a que él llegara… ‘mejor no tocar, no vaya yo a descomponer una de las jimostretas estas y pos’… Briagoberto llegó muy campante y la saludó ‘hola Sor’… de inmediato Pendencia le contestó ‘mire su feliz mercé… a mí me importa un pimiento que Vd. me vaya a enseñar a cocinar crepsusé y que se las sepa todas… onde me vuelva a decir nomás “Sor” como si fuéramos parientes sin mi permiso agarro y le rompo su cara suya de su propiedad de Vd. ¿me entendió?’… él se puso pálido recordando los mamporros por cortar mal volovanes y le dijo “está bien… vamos a empezar’…
‘Mire: una crêpe es un disco delgado de masa ligera dulce cocida que dependiendo de la variante puede rellenarse con algo o no, y se dobla en triángulos antes de servir. Existen crêpes de muchos tipos… cubiertas con mermelada, crema de avellanas, helado, crema pastelera… o con dulce de leche quemada y nueces, con frutas del bosque… e incluso las hay saladas rellenas de mole o de huitlacoche… o las famosísimas Crepas Tres Quesos** que hace un tal “Chef Sobo” allá en Azcapotzalco, que siempre tiene llena la fonda donde las sirve… así que ya ve… hay de varias y lo que cambia es lo que llevan dentro, pero pos las Suzzete son las Suzzete’.
‘Las crêpes suzette se rellenan con "beurre Suzette" o “mantequilla Suzette” que es una mezcla de mantequilla, azúcar, jugo exprimido de mandarina o naranja, y triple sec de naranja, o Grand Marnier, o Curaçao. como se imagina, lo mero chido de las Suzette es el beurre, que se les mete antes de doblarlas en triángulos… y ya luego para dejarlas listas se pasan por una sartén a fuego suave o un par de minutos en el horno, y se sirven calientes’… Pueden ser flameadas con algún licor espirituoso, aunque el flameado es opcional porque no es de la receta original… probablemente a algún animal se le cayó el licor del relleno y se le prendió la sartén, y así nacieron las crêpes suzette flameadas’.
Pendencia se lo quedó mirando y le dijo ‘no la chingue su experta mercé… semiase que esto me va a costar un poco más trabajo del que yo pensaba… ¿primero se cocinan y se flamean, o primero las relleno y luego las cocino, o primero hago el relleno y luego las doblo, o primero las doblo y las relleno y luego las flameo aunque no sea a huevo... o era que las flameo con huevo y luego las relleno con algún licor “espitiruoso”?… no entiendo ni madres’…
Briagoberto fue paciente (más bien prudente) y le contestó ‘es que Sor… comprenda que los postres y en especial las crêpes son un arte’… ella preguntó con los ojos a medio cerrar ‘¿qué le dije de lo de “Sor” pues?’… ‘¡ay guey!... perdóneme… es que me ofusqué… perdóneme me cae… deme chance pues… no me haga chiquitas a las crêpes y déjeme que le explique, ándele’…
Durante las siguientes tres horas, se dedicó a explicarle a Pendencia el arte de cocinar unas crêpes de respeto, y Pendencia dedicó buena parte de la noche a practicar. Cuando finalmente empezaron a salir redondas y finas y dejaron de pegarse a la sartén… y más bien porque se hartó de comer crepas “equivocadas” decidió irse a dormir.
Al día siguiente salió al mercado con el Paje –que estaba bastante más recuperado- para conseguir unos huevos de codorniz que iba a preparar en vinagreta para una “sesión de negocios” que el Ministro Mercadotecnia estaba preparando para unos visitantes llegados de Italia. Cuando regresó al Palacio, Mireya Pec le avisó que el Oficial de Protocolo la estaba buscando y que había dejado dicho que a su regreso se presentara a su oficina ipsofacto… ‘¿icsofato?... ¿y eso qué chingados es?’ preguntó… ‘way, linda’… le dijo Mireya ‘quiere decir que vaya Vd. en chinga, o antes si es posible’…
‘Carajo… como si no tuviera nada que hacer que ir a ver icsofato al catrín ese que se cree Carlos de Inglaterra, pero sin la Di… ésa sí me cai rebien’…se quitó el delantal, se arregló el hábito y subió a la oficina del Oficial de Protocolo. Al llegar encontró la puerta abierta y al Míster sentado derechito en su escritorio… era un cortesano clásico, vestido a la moda de la época y además –dado que su investidura le obligaba a observar y a hacer cumplir el ceremonial en todo momento- muy estirado… y para ser sinceros bastante mamerto también.
Pendencia tocó tres veces en el marco de la puerta con suavidad (‘tal como dice el chingado protogolo… proclotogo…esa madre’) y esperó a que el Oficial (el Sr. D. Procopio Pedro María León Herrera y Limantour, mejor conocido entre sus colegas –y entre los no tanto- como “El Peter”) levantara la cara del periódico que consumía su atención en ese momento (la realidad es que dentro del periódico tenía normalmente un “Condorito” del que era asiduo lector, pero eso lo sabían pocos)… la miró y puso cara de sorpresa-alegría ‘Sor Pendencia, es un honor teneros aquí… sed tan amable de entrar y sentaros… tened la bondad’… ‘con gusto, Señor oficial, muchas gracias’ dijo Pendencia que odiaba el castellano puro, aunque –cuando le daba la gana- era bastante buena para el lenguaje “protocolario”…
Mientras caminaba hasta el escritorio del Oficial le dijo ‘me he atrevido a interrumpiros porque me han dicho que vos habéis requerido mi presencia lo antes posible, con lo que aquí me tenéis’… mientras se sentaba se fijó que sobre el escritorio había un marco con una litografía de la Yei muy sonriente y tan guapa como siempre con el vestido verde aquél, dedicada por ella misma con letra muy fina… “Al Sr. Oficial León con aprecio, Yei”… Pendencia pensó “pinche Peter… se ve que la Yei te trai cacheteando la banqueta… me cais remal”… se acomodó en la silla muy seria, lo miró y le dijo ‘ahora sí decidme… ¿para qué soy buena?’
El Peter le dijo ‘ahora veréis… es que en días próximos –consultó su agenda- el 20 del este mes del Señor para ser exactos, se organizará una Junta de capital importancia en el Palacio de Minería a las 20:00 horas, y dado el nivel de los participantes se me ha ocurrido que quizás no sea mala idea que vos nos proveáis de algunas de las exquisiteces que sabéis cocinar con maestría y arte, ya que estas reuniones suelen ser largas y tediosas, con lo que un “toque gastronómico de buen gusto” siempre es bien recibido’…
Pendencia muy atenta le pidió ‘Y decidme, Oficial… ¿qué es lo que tenéis en mente para ese “toque gastromónico de buen gusto”?’
Al escuchar aquello de “gastromónico” el Peter puso una cara como si estuviera masticando un limón agrio, pero lo dejó pasar y le contestó ‘pues veréis… estaba pensando que… pues que os pusiereis la del Puebla y llevarais algunos canapés, y después un postre que haga las delicias de los presentes... por sugerencia de una muy querida amiga mía –dijo comiéndose con los ojos la litografía de la Yei- le pediría unas crêpes, en caso de que vos sepáis cómo se hacen, desde luego’…
Pendencia dijo ‘contad con los canapés… respecto a las crêpes, pues son una de mis especialidades, y por una graciosa casualidad acabamos de adquirir un equipo especialmente diseñado para cocinar tan delicado manjar, así que contad con ellas también, Señor Oficial’.
‘¡Bondad graciosa!... eso suena magnífico… casi escucho campanas celestiales’… ‘pues contad con todo eso’… ‘perfecto’ dijo él con ojos brillosos ‘entonces lo que haremos será que vos preparáis todo y entregáis las viandas al personal militar de seguridad con instrucciones específicas sobre la forma de mantenerlo todo a punto para servir, para que así’…
Al ir escuchando eso, Pendencia pensó ‘inguesu… ora sí la vamos a jorobar todita si no me dejan entrar a la junta… piensa en chinga Pendencia… pon a trabajar al melón en chinga y dile algo de que tienes que estar ahí a producto ovíparo de ave de corral…’
El Peter estaba terminando su discurso muy elocuente, aunque Pendencia no había escuchado nada… ‘¿qué os parece, Sor pendencia?’… ella, confusa, tuvo que revirar con la primera piña que se le ocurrió ‘veréis… es que… mirad… yo quisiera deciros que… dejadme aclararos… sucede que los canapés que prepararemos son de langosta en reducción de chipotle, y son un platillo que debe ser cocinado y servido con tan poco tiempo como sea posible para que lleguen frescos a la mesa –por el perejil que se echa a perder- y como sabéis, el ceremonial y la etiqueta exigen que las crêpes se preparen justo en el momento y frente al comensal… eso es muy elegante’… y sin saber qué más inventar se la soltó de una vez ‘y la realidad es que quisiera hacerme cargo del servicio personalmente’…
El Peter la miró dudoso ‘pero… ¿cómo justificamos vuestra presencia en la reunión, si vos sois básicamente la Jefa de Cocina del Palacio?’… ‘pues justamente por esa razón… mirad… no es que quiera incordiar, pero un soldado no tiene la experiencia necesaria para servir una mesa con decoro y presteza… y vos podéis decir que S.E. el Virrey quiere asegurar el mejor servicio y que por eso me envía… habrá crêpes disponibles durante toda la reunión en el momento que las deseen… y podemos darle a cada uno una estampita del Palacio por cada plato de crêpes que pidan… creedme, Sr. Oficial, que os aseguro que la mejor forma de que la reunión sea algo para recordar -y de paso una nota brillante en vuestro CV- es que me permitáis hacerme cargo del servicio directamente a mí’…
Pensando en lo de “la nota brillante en vuestro CV” –igual que la mayoría de los que están en política, a quienes les vale madre el mundo si pueden poner una note brillante en su CV- le dijo ‘no digáis más, Sor Pendencia… tenéis razón… vuestra atención personalizada es la respuesta… dejadme ver cómo lo organizo, y preparaos para estar ahí... ahora os agradeceré que vayáis a hacer los preparativos necesarios, y me indiquéis a la brevedad posible si tenéis algún problema u os hace falta algo’…
Pendencia le dijo ‘iré y os informaré de cualquier bronca que salga’… él la miró horrorizado ‘¿de cualquier qué?... ella pensó “ah, pero cómo eres pendeja Pendencia…aquí con el joven no se dice bronca que salga, chingao”… pero corrigió de inmediato ‘perdonadme… la emoción me sobresalta… quise decir que os informaré de cualquier obstrucción, obstáculo, barrera, contención, desviación, interrupción, desavenencia, desaguisado, inconveniencia, altercado y/o eventualidad que me impidiera ejercer mis funciones de forma tal que los visitantes se sientan como en sus casas suyas de ellos'...
Más relajado –aunque aún con cara de fuchi por lo de “bronca” - el Peter sólo dijo ‘id y hacer lo que tengáis que hacer… y gracias por venir’… Pendencia se levantó y caminó hacia la puerta pensando ‘gracias le vas a dar a la Virgen… vas a ver qué atorón les voy a dar con la cena y las crêpes… y ese no es nada comparado con el que les voy a dar con el es-trep-tos-co-corpio que me dio la Yei, aunque el prolotolo… el progotoco… esa madre diga que no es correcto escuchar conversaciones ajenas... ora a ver cómo chingados hago una reducción de chipotle... yo y mi gran bocota... me caigo remal'...
CONTINUARÁ
**Sobre las “Crepas Tres Quesos”
Hasta donde se sabe, las “Crepas Tres Quesos” se hicieron por primera vez en el Estado de Qatar el 15 de Septiembre del 2009, en que el autor de esta historia las preparó para asistir a una cena “internacional” a la que fue invitado, y para la que era obligatorio llevar algún plato típico del país del asistente. Originalmente el autor quería hacer enchiladas, pero la ausencia de tortillas de maíz fue un problema difícil de solucionar, con lo que las crepas fueron mejor opción (en realidad la única). Los quesos añejo y Oaxaca –junto con una lata de auténtica salsa verde mediana- se consiguieron gracias a la generosidad de la pequeña comunidad Mexicana residente en el País. La salsa para cubrir las crepas resultó así porque la lata de salsa verde era insuficiente, con lo que hubo que agregar ingredientes para tener una cantidad mayor, y también para hacerla menos picante en beneficio de los que iban a probarlas -porque había personas de 18 países diferentes, casi todos europeos que no están acostumbrados al chile. Antes de servir cada plato se decoró con un poco de “lebnah” aplicado con una duya, unas ramitas de perejil chino y una pizca de paprika para darles color –el lebnah es lo que en México se conoce como jocoque seco. La realidad es que fueron un éxito y por esa razón se utilizaron en este capítulo.
En el momento de escribir estas líneas, el autor admite que no tiene ni la más pálida idea de si las crepas “tres quesos” como se describen aquí se hacen actualmente en algún sitio en México o no –n. del a.
1 comentario:
como me rei! ahora si e pasaste! JAJAJAJAJAJAJ ESTO ES INCREIBLE! DE VERDAD! LO AME!
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