domingo, septiembre 5

Se fué, y que retiren su número!!!

Estaba yo muy cómodamente sentado hace unos días en la sala de mi casa cuando leí que Germán Dehesa acababa de morir... 'me lleva la chingada", pensé...

Ustedes no lo saben, pero una temporada me escribí con Germán... estaba (uf... todavía estoy) intentando escribir un libro y le pedí que por favor revisara algunos capítulos. Amablemente (se tomó su tiempo, porque tampoco es que fuera el hombre más desocupado) los revisó, me envió algunos comentarios que me fueron muy valiosos y que al final me ayudaron -incluso me animaron- a seguir escribiendo el libro... no sé si cuando termine me atreveré a pedirle a alguien que lo lea y me diga si lo ve como para publicarlo, pero la verdad es que eso es lo de menos ahora mismo... lo que es "de más" hoy es que Germán Dehesa, ése señor flaco, calvo, de lentes, de hablar bajito y de mirada de curiosidad agarró y se murió.

Y quien diga que eso no es una tragedia está majareta. Germán fué escritor, periodista y persona... además fué curioso, medio alquimista y actor... era un tipo que tenía un don maravilloso, y ese don era que siempre dejaba algo... siempre tenía una palabra, un comentario, una sonrisa, un algo que te regalaba y que te ayudaba a aprender, que te dana una perspectiva distinta de las cosas. Dueño de una cultura increíblemente extensa, tenía un estilo de inconfundible que hizo a miles y miles morirse de la risa al tiempo que reflexionar sobre todas y cada una de las cosas que escribió... eso era... Germán simplemente dejaba una parte de sí mismo en casa artículo, en cada libro... en cada letra que salió de su mano hay un poco de su ADN... siempre dejaba algo. La prueba irrefutable de que es así es su frase aquella de 'somos lo que leemos'... además de escribir, Germán leyó, leyó y leyó... y por éso fué quien fué. Hasta con éso nos dejó una enseñanza inmensa... pocas cosas podía uno platicarle de las que no tuviera alguna idea... era increíble. Al final, el cáncer se lo llevó aunque el querido Germán intentó andar de puntitas para escapársele...

Y no contento con llevárselo, el pinche ojete del Sr. Cáncer nos dejó un vacío en la lista de los grandes que va a ser imposible llenar... es más... si (como en los deportes) hubieran números y posiciones para los grandes de las disciplinas no deportivas, yo sería el primero en pedir que se retirara su número y que no se usara más como forma de respeto a su grandeza (digo... si lo hicieron con Michale Jordan en la NBA)... sería el primero en pedir que nunca más hubiera una camiseta que dijera "Germán Dehesa" en la espalda... Y sería el primero en pedir que no sólo se le homenajeara en la Ciudad de México (Marcelo, no entiendo qué haces queriendo organizar un homenaje, si con trabajos sabes leer), sino en el país entero, y sería el primero en pedir que se haga justicia de la buena y se dé su nombre a una biblioteca o a una calle o a algo que haga a los niños dentro de algunos años preguntar "oye apá... ¿quién era Germán Dehesa?"... que se ponga su nombre junto a los de los "hombres ilustres", porque Germán simplemente se ganó a pulso el derecho de ser llamado así... era un hombre ilustre.

Desde aquí pido por favor que nadie se atreva a intentar ocupar un lugar en la historia que le pertenece a este Señor, que por lo menos a mí me llenó el corazón de tantas cosas que no tengo más que agradecimiento sincero. Que nadie se piense capaz de repetir lo que él hizo, y que nadie se crea lo suficientemente preparado para continuar lo que él dejó, porque para eso se necesitaría mucho más que saber y hacer todo lo que Germán sabía y hacía... se necesita ser todo lo persona que Germán fué, y eso está -por lo menos- bien cabrón.

Que retiren su número... yo soy el primero en pedirlo...

A modo de despedida, y como lo escribí en algún otro sitio (con alguna variación): Germán, chinga a tu madre por morirte, porque tu muerte significa que para empezar no voy a tener Gaceta del Ángel, que era una de las cosas que más me hacía sentir cerca de mi país (vivo cerca de casa de la chingada) y para terminar significa que desde hoy y para siempre ya no voy a aprender de la misma forma que lo hacía leyéndote a tí.

Pero que conste que la mentada es sobre todo porque me incomoda... me escuece... me pica... me molesta... me irrita... vamos... me encabrona que gente tan valiosa como tú se muera cuando mi país está que se lo lleva el carajo porque hay ahí cierta cantidad de hijos de la gran chingada que no nada más le siguen dando en la madre, sino que además siguen vivos... y seguramente hasta están muy saludables... ¿qué coño de injusticia es ésta?...

Se los dejo pues. Y si alguien de la familia de Germán lee esto, quiero de antemano dejar claro que -independientemente de la mentada, que es una mentada en toda regla- yo a Germán lo admiro y lo admiraré siempre. Envidia de la buena me dan ustedes que pudieron disfrutar de semejante personaje "en vivo". Un abrazo inmenso y mis oraciones por él que ya no está, pero también por ustedes que se quedan.

'Ai la ven.

Nalgador

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